Escribir sin miedo a expresar la verdad

A veces me da miedo escribir.

Si plasmo lo que siento en palabras se vuelve realidad.

Toma dimensión.

Es de verdad.

Está pasando.

Y no estoy segura de siempre querer que las cosas pasen.

Estoy recostada en mi cama.

Mi pelo cae hasta la alfombra de modo que la sangre está llegando a mi cabeza rápidamente.

En breve me comenzará a doler y me arrepentiré de la posición extraña.

Veo de reojo mi biblioteca blanca con perfumes y cosas propias. Pero me pregunto qué tan propias son.

De un solo manotazo alcanzo mi celular y no sé si eso me frustra o me enorgullece.

En mi cabeza comienzan a plasmarse palabras y oraciones que podrían sonar lindas.

Siempre pensando en escribir.

Pero cuando tomo la decisión de mover los dedos sobre el teclado de la pantalla estos comienzan a temblar.

Va a hacerse realidad.

Si ahora mismo escribo que estoy triste y que tengo una sensación extraña en el pecho esta va a revivir.

No quiero que eso pase, quiero estar bien.

Si no lo escribo no es real.

Solo lo estoy imaginando, exagerando como tengo la manía de hacer.

Ahora las palabras tomaron dimensión.

Mi mayor miedo se reveló.

La tristeza es real, y acá estoy yo, tirada en la cama, con el pelo colgando, la cabeza doliéndome y el celular en la mano.

Y siento el vacío en el pecho que antes solo era una mera exageración, más ahora es real y no puedo evitar quejarme y arrepentirme.

Tal vez yo al hacer esto.

Al trazar estos garabatos en mi teclado.

Lo transformé en algo más.

Tal vez no era tan importante.

Me hago una bolita en la esquina de cama, casi que me resbalo como mi pelo se desliza por fuera y toca la alfombra.

La próxima podría ser yo entera.

Incluso mi alma caería de un golpe.

Estoy tan feliz e igual siento esto en el pecho.

Mis ojos reflejan algo raro, yo lo sé.

Siempre fuimos transparentes en ese aspecto.

Me duelen las piernas de hacer nada.

Tal vez la sangre llegó demasiado rápido a mi cabeza.

Debería acomodarla para volver a la certeza.

Perderle el miedo a la realidad.

Sabiendo que escribir no dimensiona más solo explica lo que mi corazón ha de acechar.