Esa luna… soy yo.
Salí a caminar esta noche.
Al cruzar esa puerta,
una brisa helada me envolvió,
tan fría como lo que habita ahora
en mi corazón.
Miré al cielo
buscando una luna.
Encontré un silencio.
Dejé de escuchar los autos.
Dejé de escuchar la vida.
Todo calló…
todo se detuvo.
Y ahí estaba ella:
la luna.
Esa luna que tanto me gusta,
la que para mí
significa tanto.
Pero hoy…
hoy la vi diferente.
La vi borrosa.
La vi opaca.
Como si una nube la cubriera.
O quizás
solo era la neblina.
O tal vez
una nube de lluvia la cubría.
Hacía que distorsionara su luz,
su brillo.
Ya no era la misma.
me quedé allí,
mirando al cielo.
Sin moverme.
Respiré.
Pensé…
Esa luna soy yo.
Hoy no brilla
como solía hacerlo.
Está envuelta en caos,
tal como mi cabeza:
nublada,
borrosa,
sin chispa.
Esa luna
se ve… se siente…
apagada.
Porque las razones
por las cuales quería brillar
ya no están.
Mirarla… duele.
Mirarla… no consuela.
Mirarla…
me hace entender
que ya no significa lo mismo.
Quizás algún día
se me pase.
Quizás todo vuelva a su lugar.
Pero hoy…
esa luna se siente
más sombría,
más gris que nunca.
Sin vida.
Hoy…
esa luna
ya no es luna.

Sahira Pulgar
30. Amante de la luna 🌙 Aquí abriré mi corazón, dejaré mis angustias, miedos plasmados.
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