Sos un error errante,
y aunque no te importe,
me desilusionaste.
No espero tu regreso,
ya no intento rescatarte.
No me das pena,
me apena tu vacío interminable,
ese que intentás llenar
en bocas que no saben amar,
en palabras huecas,
en excusas sin sentido,
en encuentros fugaces,
que solo te dejan más perdido.
Entiendo que así te sientas mejor,
aunque sigas siendo un mal actor.
No quiero volver a conocerte,
si cuando creí hacerlo
parecías dueño de una obra de arte,
pero en un abrir y cerrar de ojos la despintaste,
porque nunca cambiaste,
porque no existió esa obra de arte:
siempre fuiste un error errante.
Te miro, te miro,
¡qué repugnante!
Pienso y repienso,
sé más de lo que imaginás.
Me río, porque no lo sabrás,
aunque en mi cabeza se quedará,
en cada palabra salida de tu boca
que me impida confiar si vuelve a oírse en otra,
en cada decepción
que haga temblar mi corazón,
en cada caída por idealización
donde crea nuevamente
en otro error errante.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión