Eres un adiós que me rehusaba a escribir.

Todos acudimos a un escape diferente, varios acudimos a escapar entre palabras y letras que nos hagan enfocar el dolor para transitarlo sin dejar esta vida, justo para eso, para encontrar una salida.

Había dejado de lado el escribir, el relatar el dolor que mi corazón y mi alma, pero las salidas son minímas, aunque debo de reconocer que la escapatoria, esta vez, no ha sido la misma que en otras ocasiones, he tocado fondo, el dolor ha sido el peor pero sigo confiando en que mi amor, así como se destruyó, así será valiente para reconstruirse.

Escribo para dedicarte adioses que ya no tienen sentido, escribo para decirle al dolor que hay salida y que esos días y noches largas terminarán algún día y recuperarán el sentido de esta vida.

El dolor y el odio han aparecido en mi mente, mi corazón y mi cuerpo, he recaído en un montón de momentos, pero siempre ha salido ganando mi lado bueno.

Mi lado bueno que te desea todo el amor del mundo para que sanes, para que recobres la existencia y no dañes a quienes te rodean, sé que mi corazón es más grande y que saldré adelante, pero mi ego me regresa y domina por un momento.

Ya no quiero extrañarte, quiero seguir viviendo, oro porque tengas tu momento y a mi me dejes fuera de tu pensamiento, supongo que ya es así, pero espero que en tu momento más vil te acuerdes mí, siendo ahí donde mi dolor se dejará de sentir.

Estoy aprendiendo a transmitir todo aquello que no he podido decir, estoy tratando de vivir consiente lo que ya no quiero repetir y debo admitir que habrá más momentos en los que te he de escribir.

Quiero arrancarme el corazón para ya no sentir dolor, ruego y le imploro a Dios que te dé el perdón que no he podido sentir yo.

Sé que eres feliz o al menos eso quieres transmitir, pero en verdad deseo que sea así, aunque no sea junto a mí y es triste, lo debo decir, pero llegaré al momento donde ya por ti nada logre sentir.