Entre Dormilonas

Ando feliz entre dormilonas y recuerdos de mi infancia. Recuerdos de cuando la vida no pesaba tanto y tanto que nos daban calambres en las piernas por ir de la montaña al valle nada más. En tres zancadas me lo hice pero me acordaré mañana que ya no estoy para estos trotes.

Ando dormilona. Estos años me tienen cansada. Me hacen feliz pero la nostalgia de sentires y sabores me ha dejado poco a poco sin revistas de cocina populares y ya sin cantos jocosos. 

Pero yo sabía cómo volar por estos bosques de Roble Alto, y sabía cómo pronunciar todas las laderas de las historias tenebrosas de los antepasados. Yo podía volar y hacer la magia de la misericordia. Yo emprendía el vuelo hacia el futuro y no me detenía nada. 

Ahora no tengo más que piernas de barro de aventuras de otros. No es mi propio barro, no son mis propias aventuras. Pero mi vuelo retomaré algún día.

Y elevaré la mirada y la poesía, incluso la que hago a las tres de la madrugada que no publico nunca, y me mirarán nuevamente y dirán, estaba viva aún por dentro, y tenía vida a pesar de la condena.

Me miran y  como una dormilona me voy quedando cuando me tocan y me cierro así temerosa. 

Seré águila nuevamente aunque por ahora tan solo me prepare.

8/4/2015