Entonces llovió

Entonces llovió

y la lluvia olvidó detenerse.

Arrastró consigo al tiempo,

los colores,

tomó desprevenido a los ancianos

y las enfermedades,

dejó crecer el pasto.

Los perros ladraban

a un silencio que venía

desde el suelo.

La lluvia caía desde arriba y después

de los árboles.

Las lagunas se colmaron de espacio

y comenzaron a devolver

a las nubes

el oxígeno con que habían crecido.

También arrastró consigo a mis padres.

El mundo volvió a su forma natural.

Las corrientes fluían a merced

del viento

y cada escondite de un niño en el campo

era historia,

una cueva bajo el océano.

Pasaron muchos años,

las estrellas se perdieron en el cielo

que ya no era cielo

sino un conjunto de nubes,

un único color que había tomado los demás.

El espacio estaba por alcanzar al tiempo.

Cuando ya me había olvidado

de mí mismo

recordé mi cuerpo hecho de agua

y entonces

una lágrima cayó

del rostro

y la lluvia

cesó.