cuando el frío se posa
llenándome las venas
envuelto en lino
embalsamado en esa noche
ni siquiera puedo pudrirme
estoy atrapado en una espera
sin poder llegar nunca
al tártaro, al olvido
espero sin tiempo
ni espacio
atemporalmente
en una caída que se extiende
cómo extendía sus largos brazos
cuando me dormía sobre ellos
las distancias, engañosas
me hacen percibir
que está cerca
pero al acercarme
entiendo que la distancia
es tan tremenda
que me enferma mí alma
que ya creía marchita
de maneras que nunca había visto
insoportable
supura melancolía
se torna azulada como sus pétalos
se funde en ellas como en su mirada
escapando sin razón
con un corazón que no encuentro
el mío se lo llevó
vaya a saber que habrá hecho
solo un hueco, se encuentra en mí
agujereado
sin poder llegar a la costa
a las esquinas
ya ni mí prosa ni mis versos
rebotan en ese estanque
que tan lejano
me priva ya de sus destellos
hoy no hay estrellas, ni luna
aunque la última a veces me visitá
con su retorcida sonrisa
para recordarme mí mayor caída
para enseñarme, quiero creer
que mí sacerdotisa sigue ahí afuera
esperando o no
esa no es la cuestión
leyendo las estrellas y prendiendo fuego
la casa donde vivimos
yo sigo clavado en las ruinas
como un alma en pena
espero que espere
pero aunque no
cada verso cada letra
si es para ella
mí musa violeta
valieron la pena
cada lágrima
cada ritual
al final valen la pena
la espera
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión