No se por donde arrancar a putear, pero te digo que estoy enojada. Me permito estas breves palabras para expresar que me hiciste re calentar. Iracunda escupo bronca, ponzoña, salada. Yo te avisé. Te notifiqué. Te comuniqué. Te expresé de todas las maneras que encontré que esto que me pasaba poco tenía que ver con vos o con nosotros.
Entiendo que no entendiste. No hay idioma, lengua o dialecto que pueda yo aprender para hacerte caer en la cuenta de que no sos el centro de todo, ni de nada. Ni las cosas arrancan por vos, ni terminan por vos.
Viniste acompañado porque solo no podías. Viniste a plantearme una realidad que diseñaste a la medida de tu ego. No me viste ni a mí, ni a mi historia, ni a lo que alguna vez llamamos amistad, la que supimos tener. Sostuviste el timón durante la conversación, me hiciste pensar que fue compartido, casi caigo, te digo. La verdad es que encallamos en el destino de tu propia y conveniente elección.
Hoy pienso que lo entiendo todo apresurado, que si no estabas preparado para un mano a mano, hubieras esperado. El desborde proyectivo de tu individualidad salpica neurosis para todos lados. Y la mancha no se quita, no se tiñe. Permanece.
Recomendados
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión