Escúchame un momento antes de que te vayas a leer otra cosa, seguramente más adecuada a tu gusto.
Recientemente me he vuelto más y más consciente de muchas cosas que pasan dentro mío en tanto me conecto con el exterior como buen humano, adolescente suburbano, criatura de la edad contemporánea en pleno siglo veintiúno que soy y me parece interesante el hecho de que lo que más sentí hubiera sido alienación.
Sinceramente en un primer momento no lo supe interpretar, fue un sentimiento esquivo en realidad, está ahí pero casi no lo podes ubicar y aún así me define... Mirá vos che, qué cosas. Tratar de describirlo sería mentirles pero con una analogía quizás puedan entender hacia adónde voy, imagínense una brea, un líquido negro espeso e insidioso que parece no tener fin ni fondo para un apetito insaciable de devorar todo lo que tenga una más mínima chispa que lo convierta en "Interesante" a mis ojos... Es una carga que pesa y mucho, siento como me quita el brillo de los ojos momentáneamente, tiempos en donde mis oídos no escuchan más, instantes en donde mis articulaciones se sienten toscas y oxidadas por el dulce dolor que es moverme hacia adelante, un futuro incierto ya que la Brea odia la incertidumbre.
Diría que el centro de mí es esta Brea, la odio pero forma parte de mí, lo quiera o no así que intento ser su amigo... Intento entenderla. Sé cómo piensa, sé que le teme al cambio porque tiene miedo, sé que le duele hablar de sus sentimientos porque no sabe cómo podrían reaccionar los otros y, sobre todo, sé que ama con todo su oscuro ser la tranquilidad que le otorga la falsa ilusión de control que es una rutina estricta... Me da asco, es antinatural como humano para mí el parecer de este mal tan aciago como lo es una zona de confort que devore todo lo que siento especial dentro y fuera de mí.
Es horrendo, además yo no me siento triste, o enojado, o compungido... Solo vacío negro, nada, aburrimiento, falta de voluntad, falta de ganas, es tan tranquilizador como macabro debido a que se filtra en cada aspecto de mí vida como la brea que es y lo mancha todo de absolutamente nada, ruina sin ser ruin. Al final, "Nuevo" se vuelve rutinario, mí zona de confort, lo asimila, lo mastica y lo traga hasta que ya no queda nada que lo haga "especial" que es cuando vuelvo a mí débil marcha en busca de una nueva actividad que sacrificar al pozo de mí alma a ver si, por ahora, se llena...
No soy una persona particularmente pesimista pero a estas alturas me siento falto de fé, como mínimo. Intento no sucumbir ante la oscuridad de mí alma pero no sé cuánto tiempo más podré aguantar ya que un grito de ayuda no cambiaría nada y- ¡Oh, no!
Sísifo perdió el control de la piedra...

josee
Blog triple P: Personal, público y pretencioso. // "Me mantengo en mis trece aunque a veces me cruzo con unos cuantos espejos en caída que me reflejan y... ¡Ay, la vida!"
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