Engaño

Vagando en las profundidades de tu inmadurez. Preguntando al espejismo de tu conciencia, las verdades sepultadas entre tu egoísmo. Para que al final me conteste el eco de mis propios pensamientos.

Mi mente está despejada, esperando captar algo de tu estruendoso silencio. Únicamente consigue evadir las ondas sonoras de tus viejas excusas.

Mi espalda preparada a repeler tus incesantes puñaladas y fortaleciendo los muros de orgullo en mi corazón.

Siempre respirando tu lastima al ver como mis ojos se desbordaban, consolándome con tus falsas virtudes e impregnando tu sinismo en mis labios.

Mirando aquellos ojos imprudentes, me di cuenta de la parasita confusión que se retorcía en tu cabeza. Quise ser el verdugo de todas tus dudas, mas te enredaste en tu propio engaño.

Una vez mas te invadieron las preguntas y las respuestas izaron la bandera blanca. Las verdades a medias atacaron, mas no consiguieron la victoria.

El presentimiento esta vez no fue seducido por el brillo de tu mirada, desesperadamente mi discernimiento encontró la respuesta.

Y entonces mis oídos se volvieron sordos, mi garganta hizo su mayor esfuerzo y te imploró que la escucharas…Y de nuevo solo oíste, pero no escuchaste.

Mis palabras y mi mirada suplicaban te apiadaras de mi…

Al final, la cruel verdad proveniente de tu corazón, se rindió y se mostró…

Y ahora me ves aquí, resignada a aceptar las reglas de un juego que desde un principio yo no podía ganar, porque en mi estrategia nunca estuvo hacer trampa, fue llegar hasta el final y no me permitiste terminar.