Encuentros (con Fito Páez)

Z me preguntó:

si todas las palabras que escribía eran para él,

le contesté que si,

¿Qué le iba a decir al chico más lindo del mundo?

he viajado por cien planetas,

y conocido mil estrellas,

ninguna se asemeja al brillo de mi sol.

he estado años esperando algo más que este aplastante sentimiento de amor,

que desborda todas las puertas,

que se sale por las ventanas,

que inunda los barrios y deja sin hogar al sinsabor de una vida sin ternura

me pregunto a mí misma,

¿Quién cree que es él, para habitar todas y cada una de las habitaciones de mis pensamientos?

sé que llamar a alguien a estas horas,

(como dije antes)

sacia el calor de mi cuerpo,

el frío de mis manos,

más no mi necesidad de ternura.

sé que al final del día no estoy tan sola

porque el universo es inmenso,

no aprendería todas las palabras existentes en la historia para comprenderlo mejor.

y en mi casa no duerme nadie más que yo,

quizá si despertara con alguien escribiría menos.

[. . .]

he estado viajando por noches terrorificamente frías,

en las que solo tacto en las caderas satisface tu necesidad de calor,

no dormí por siete días, y pude a ver a mis amigos de ensueño, quizá esa incomodidad en todo el cuerpo se deba a porque este no es mío,

mi ciudad es tranquila,

pero ya no deseo vivir en ella el resto de mis horas, he caminado por madrugadas de verano,

conozco cada calle sin salida,

pero casi que añoro no saber a dónde estoy yendo.

(dejo la llave en la maceta por si se

te ocurre volver a amarme)