encuentro letras dispersas (y otros desvaríos)
Aug 16, 2024

Encuentro letras dispersas
que llevan a tus rimas,
y quizá
(sólo quizá)
en la vida próxima
el éxito llame a mis ojos,
que aceptarán con el brillo
de las cosas que ya conozco.
nunca dejo de conocerte
(y ojalá hacerlo eternamente)
las medidas de tiempo son tuyas, cabeza de otoño.
[03:28]
igual te quiero,
aunque lo diga cada muerte de ruiseñor,
es una pena la pérdida del canto
que causa dolores y vidas nuevas.
a partir del aleteo de la luna,
no quiero amar al Sol.
hay cosas que siempre fueron y serán,
no por eso duelen menos
sí, acepto la derrota,
pero solo porque en la próxima instancia,
lo efímero no será un problema,
y la distancia tampoco.
quizás sonreír es un acto de amor,
aún cuando duelen todos los huesos.
quizá también,
un por favor de tu parte, esté de menos.
muchas posibilidades en una noche
en dónde no llamo a ningún lugar, hogar.
en algún lado el camino se desvía,
y pienso en las familias que pierden el arte,
solo por la envidia, y las pasiones mal vividas.
La mentira
también es una herencia que tenemos,
es la única forma
en la que el mundo sigue girando,
bajo la luz de una linterna azul,
todo es más crudo, el frío es bueno
(y el calor no existe.)
pobres de aquellos que no te conocen,
pobre de vos,
antes de encontrarme en este mundo.
ellos siguen intentando que algo le dé sabor
a una vida sin sal.
robando almas y papeles,
te digo que hoy nada termina,
y el otoño empieza.
a las tres y veintiocho,
los sueños se interrumpen y entrecierran,
y solo puedo maquinar
sobre lo mágico de las coincidencias,
aunque encontrarte no fue una,
perderte, quizá sí lo será.
al amanecer,
la melancolía de los ojos cansados,
inunda mi pecho,
y solo puedo pensar en el cansancio del cuerpo
(que busca algo más)
¿vos también?
alego a nadie, para no mencionarte,
pero todas las palabras
me llevan a formarte en versos,
la perversidad de voces resonantes en ventanas.
mañana las hojas crujirán tu nombre.
es una comedia dolorosa.
quizá mi cuerpo esté cansado,
pero mi mente solo piensa en escenarios
en dónde si actúas.
anoche algo murió,
y quizá fui yo,
y no te dije por miedo a tu rechazo
(de mi sentir intenso)
pero mis ojos gritaban mil veces,
pidiendo una ayuda que no pude recibir.
hola rutina, te quiero aunque duelas,
más de lo mismo,
es no decir lo mucho que siento
que tus ojos no encuentren a los míos,
aunque sea en versos,
que escribiste sin querer
a las dos cuarenta y tres,
para irte a las cuatro y tres,
sin ver un amanecer a mis pies.
lo terrible del mar es que siendo de ahí,
te ahogas en lo lejano
de un cuestionamiento que al final,
no es en vano.
han pasado tres meses,
y sigo siendo más joven,
pero pierdo la cuenta
de las noches que pasaste en casa.
ya es de día y mis huesos sienten miedo.
aunque el sol no me sonría,
sé que es un poco mío,
mis sueños buscan claridad,
en ambientes cargados de humo.
y no es que esto me moleste,
es más bien excitante
la confusión de lo gris en una noche sin luna, si entendés eso y no das la vuelta,
podría regalarte una ciudad ardiendo.
sé que el calor encuentra aquello que quemas.
siento eso tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto tanto o más,
no es que repita para desvariar,
es que tu sangre y la mía se funden sin cesar, no es que los lazos se rompan,
si no que el tiempo los confunde y enreda.
(el exceso de palabras no se compara a lo mucho que dolió escucharte anoche)
la ebriedad deduce en tus labios,
que desean algo más,
que el afecto repentino de un extraño,
si no más bien el calor de aquello que se desconoce y anhela.
cuando me quedo sola no puedo parar de pensar en el té,
¿entendés eso?
me sentaría en una esquina a llorar,
pero vivo en una habitación circular,
y eso me desespera,
tanto como observar un mar en calma eterna, porque siempre quise saber que había más allá
de el final de la noche que leía en las líneas de tus manos.
acá te digo de nuevo,
que el humo que viaja de mi mundo al tuyo,
no es otra cosa más
que un mensaje,
que quiere decir
que es la única cercanía que poseemos.
en esta cama nada es propio,
solo el dolor que punza en mil nervios,
y te hace saber
que no hay ningún lugar
en el que podrías descansar,
¿te diste cuenta?
haciendo el mismo camino,
sentimos diferentes risas
vendo está canción al mejor postor,
porque nunca fue mía.
tomaste mi respiración en tus manos,
te llevaste todos mis suspiros.
aunque no me des un cigarrillo hoy,
sé que nada es mío
más que esa última risa concedida.
estoy perdiendo mi tiempo
en el misterio de por qué tus ojos brillan
(menos los viernes que los lunes)
renunciar a todo no podría doler tanto,
como ver el sol alejarse de mis manos.
intento maquillar ideas
con el brillo de las tuyas propias.
mis manos en la arena,
te conceden esto que has ganado,
estadía en lo que escribo.
solo por ganar algo más en dónde dormir
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