Se acerca tu partida
y no quiero ser ingrata,
mucho menos engreída.
Pero tu despedida delata
este callejón sin salida
que me acorrala y me ata
a las escolleras de ida,
a los medanos de vuelta,
a la rompiente helada
y a los rayos que arrebatan.
Siento que te vas
y no volvés más
a este lugar desterrado
que alguna vez llamaste hogar,
¿cómo culparte en realidad?
Solo te pido
que si encontras arena,
tomala
y construí un castillo que valga la pena
el dolor de esta condena.
Si encontras agua
bebela
mientras me buscas en el alba
y recordas mis agrietados labios que te esperan de manera ardua.
Si encontras espuma,
guardala
para borrar tus lágrimas
y convertirlas en plumas.
Si miras al cielo y encontras una estrella
esperá,
esperá a que baje el sol
y ahí me encontrarás en esa última luz que destella.
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