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En otra vida

Alena

Abr 27, 2025

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En otra vida
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Hoy regresé a su lado,
en un jardín de flores blancas,
donde el viento tejía silencios y recuerdos.
Me recosté junto a él,
y le conté todo lo que había pasado.
Le hablé de mis miedos, de mi cuerpo quebrado por el estrés,
y de cómo la vida, una vez más, me había arrastrado
a lugares que no podía controlar.

Le conté de ti,
de lo que has cambiado,
de lo que
ya no eres.
Ni siquiera él podía entender cómo habías llegado a ser esto,
cómo te habías desvanecido de mi memoria,
como un eco que ya no suena.
Y entonces me pidió que le hablara de todo lo que aún guardaba,
de la esperanza que no podía dejar ir.

Mis palabras se entrelazaron con el dolor.
Le pedí que me abrazara,
que no me soltara,
como en aquellos días en que su abrazo era mi refugio.
Pero al abrazarme, sentí que sus brazos me arrastraban
hacia algo oscuro,
algo que ya no podía protegerme.

Me aferré a él,
quería quedarme allí,
grabando en mi piel el calor de su abrazo,
el refugio que una vez fue mi hogar.
Pero su mirada me decía todo lo que ya sabía:
ya no era el mismo,
ya no podía ser mi salvación.

Lloré en sus brazos,
rompí en mil pedazos.
Le dije que aún te amaba,
que aún guardaba una esperanza
de que las cosas pudieran volver a ser,
de que el tiempo pudiera regresar
y traernos de vuelta a lo que fuimos.

Pero él, sin saber qué hacer,
solo me dio un beso,
uno que calmó mi alma,
limpió mis lágrimas,
como si ese instante fuera todo lo que quedaba de nosotros.
Y al despertar, sentí que ya nada era igual.


Me quedé con el eco de su abrazo,
con la certeza de que nunca más podría ser lo mismo.
Pero también con la amarga esperanza
de que, tal vez,
en otro sueño,
o en otra vida,
nos encontraríamos nuevamente.

Alena

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