En la nada de mi mente
Jun 17, 2024
El humo del cigarrillo se pierde en el aire dejando cenizas en su lugar, llenando la habitación de olor a melancolía, haciendo gris un día soleado.
En un intento imperfecto de explicar lo inquietante de mi ser me vi en un limbo mental, un laberinto siendo yo el minotauro pero sin comprender cual habría de ser mi castigo.
Me vi desasosegada inspeccionando el porqué del sentimiento que me partía el pecho a la mitad, que nacía en mi mente, pero viajaba por mi cuerpo, cómo viaja la luz y moría en forma de nudo asfixiante, apaciguando un grito de dolor.
Tenía tiempo sin volver a esta parte de mí, dónde una hilera de puertas existían sin más frente a mis ojos. Todo era oscuro y ruidosamente silencioso. Ahí vi los peores y mejores momentos de mi vida. Miedos. Alegrías. Decepciones. Risas.
Fueron horas las que pase vagando por aquellos pasillos sin fin ni salida aparente, haciendo de mi mente mi peor pesadilla y mi mayor virtud; ni yo misma me entiendo, ni yo misma encuentro salida de mi ser.
Descalza y cansada. Sin sueño.
Con la mirada enfrascada en los ojos
Los ojos en las manos
Las manos en los puños
Los puños en el alma
Y el alma en la mirada.
Perdida entre la nada del mundo y el mudo acontecer del tiempo, con hambre y rigor, desnuda de todo fin y todo miedo.
Ningún deseo humano revive a quien cruza las puertas, las mismas puertas de los sentidos.
De pronto una voz distante gritó
-Todos debemos volver algún día.-
Y es ahí donde la pesadilla se vuelve sueño y todo se reconcilia en el mismo punto donde comenzó.
Por eso entre eternidades y bajo tantos nombres y maneras de llamar, en la nada del mundo hay un lugar, o un no-lugar donde algunas veces descansan algunos pensamientos.
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