mobile isologo
buscar...

En la gracia de lo que arde

Jun 1, 2025

127
En la gracia de lo que arde
Empieza a escribir gratis en quaderno

Esta noche

no he rezado.

No porque no quiera,

sino porque no hay nadie

al otro lado de esta plegaria.

Los templos

—todos los templos —

arden,

con los vitrales quebrados

como ojos que ya no saben mirar.

Hay un dios en ausencia,

un hueco sagrado

donde antes latía la promesa

de un orden.

Y ahora,

en la ciudad sin nombre,

las farolas titilan como últimas estrellas

de un cielo vencido,

y yo camino,

frágil,

como un pensamiento que se disuelve

antes de nacer.

Busco luz, sí.

Pero la luz hiere.

La luz muestra.

La luz

miente.

He visto cuerpos encenderse

como oraciones rechazadas.

He visto niños jugar

con cenizas de lo que amaban.

El fuego purifica, dicen.

Pero también devora.

Y estamos hechos

de esa contradicción.

Nos creímos sabios.

Queríamos saber.

Tocar el núcleo del misterio.

Nombrarlo.

Domarlo.

Pero el mundo,

el mundo no se deja poseer.

Y nadie

nos enseñó a mirar sin romper.

Nadie nos dijo

cómo se sobrevive

cuando los mapas arden

y el guía ha desaparecido.

La noche es una bestia sin dientes.

Nos lame,

nos vigila,

nos ofrece el silencio como única salvación.

Y sin embargo,

aquí estamos.

Unidos por el espanto,

por la belleza de lo que se cae.

Encadenados por la ternura

de no rendirnos.

Somos

la pira encendida.

El coro que canta

aunque sepa que no hay salvación.

La carne que no se arrodilla,

pero se abraza

en medio de la caída.

Si hay redención,

será en esto:

arder juntos.

Arder sabiendo

que no hay más fe

que la que se pone en el otro

cuando todo lo demás se desmorona.

Y si alguna vez Dios nos mira,

que lo haga ahora,

cuando no tenemos nada,

y aun así,

decidimos quedarnos

a encender el mundo

con lo que queda

de nuestra esperanza rota.

Giovanni Battista Manassero

Comentarios

No hay comentarios todavía, sé el primero!

Debes iniciar sesión para comentar

Iniciar sesión