¿En qué estabas pensando en el momento en que viste el letrero de "terreno inestable" e igualmente decidiste construir ahí mismo un hogar?
¿Qué pasaba por tu mente en el momento en que viste tu casa tambalearse, y te aferraste con fuerza a sus soportes, en lugar de aceptar que iba a derrumbarse tarde o temprano, ante cualquier tormenta?
Viste que soportó unas ráfagas de viento más, después de que tembló por primera vez. Te hiciste ilusiones falsas, sin sentido alguno, para luego ver que vuelve a sacudirse con más fuerza, y esta vez lo primero que cae son sus soportes. Esos que con fuerza abrazaste y reforzaste.
Descubres que lo que esperabas que pudiese ser tu refugio durante las próximas tempestades está en el suelo. Y lo peor no es eso; es saber que es tu culpa, por construir algo sobre tierra que no estaba lista para tanto.
Y entonces piensas, de todas las experiencias anteriores que tienes, de casas caídas en los peores momentos. Recuerdas que lo peor siempre son los primeros cinco días, cuando el dolor es vivido en tu pecho, cuando si se te ocurre tirarte al suelo, aún sientes los trozos de vidrio atravesarte lentamente.
Cuando pasas disimuladamente por enfrente de donde quedaría la puerta, con la esperanza de volver a ver que se levante, como por arte de magia. Pero eso no ocurre.
Recuerdas los buenos momentos en esa casa, y los abrazas, mientras sientes cómo dejan de ser tuyos, y dudas que alguna vez en serio lo hayan sido.
Y te das cuenta de que no estás listo para escribir sobre eso, que podrás intentarlo, pero no culminarlo, porque es demasiado sentimiento para un papel, o un papel demasiado limpio para explicarlo.
Entonces tomas tu dolor y dejas el intento a un lado, porque ya no puedes con ellos. Porque ha vuelto a ganarte.
Pero ya no estás sorprendido, lo esperabas, viste venir su caída, pero solo lo aceptaste en el momento que pasó. Porque mientras te avisaba y te daba tiempo para que te acostumbraras, solo sembraste esperanzas falsas y sin futuro.
Y así es como, al día de hoy, tratas de hablar sobre un tema inconcluso, con los ladrillos de lo que alguna vez fue tu hogar en el suelo, sin saber qué hacer con ellos.
Solo puedes hundirte en los pequeños pedazos de cristal del suelo, tratando de encontrar algo que vuelva a sentirse como casa.
Y en el momento en que cae tu casa, lo notas. Ese sentimiento de hogar jamás lo fue. Siempre fue dolor.
- Sayla.

Sayla 🌲
Solo soy un alma contenida en un árbol. 🌲 «Ahora me veo otra vez a mí, más allá de un sentir.»
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión