Hoy sucumbiré a la ensoñación de tus ojos. Concebiré mi efemérides con tú mirar entre reojos,
Forjaré una ilusión que quebrante mi juicio cordurante.
Porque perturbada y desequilibrada he nacido
ante las tinieblas del amor.
Será idéntico a ti, idéntico a tu predilección, idéntico al dolor.
Al dolor que tanto amo; te amo.
Indagaré en el mundo por los recovecos de mi corazón,
reuniendo los fragmentos de tu vacío juramento
siendo uno de ms tormentos;
el amor y tus besos de un sabor a turrón de antaño
(en mi ya son añejos).
Y seré la sombra en tu sombra,
la huella en tus surcos,
seré la verdad de tu abismo en soledad y ausencia,
seremos un amor aniquilado entre roces
inefectivos y atemorizados.
Soñaré con tus ojos, entregándote en esta noche desnuda, mi alma, siendo íntimos y no ajenos.
Me rebuscaré en caricias inexistentes, entre amores atados y arañados por los demonios,
mismos envidiosos que regatean nuestras almas
desoladas y abandonadas.
Quisiera soñar con tus rulos imperfectos y mutilados, quisiera soñar con tus pecas,
constelaciones inefables, trazando un mapa de un
amor escaso,
reflejando un umbral de tu corazón que nunca podré cruzar.
Esta noche moriré en tus ojos, caeré en tu tediosa sonrisa, acogedora cesante.
Caeré en tus cuencas azabaches, las besaré hasta mi desgaste, volveré a tú piel,
y me retorceré entre tus lunares mimosos.
Volveré a tu esencia y moriré por el gozo.
La ternura para mi es aberración cuando de tratarse tu nombre habla;
amada y herida queda entre caricias.
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