¿Qué puedo decir en defensa de Carrie Bradshaw que no sea el famoso “ustedes no toleran verla porque se ven a si mismas en ella”? enunciado en el que, por cierto, si creo, pero también creo en que va mas alla de eso. Creo en que mas alla de la increíble fuerza que pueda llegar a tener nuestra resistencia de asumir nuestras propias verdades cuando nos las ponen en frente, hay también un filtro social, siempre presente, al que estamos todas sometidas. Aquel filtro cuyas pretensiones son anular el disfrute que pueda provocar la contemplación de mujeres imperfectas: un filtro que tiene de intención programarnos para que reprimamos los placeres que nacen a partir de lo liberador que es consumir personjes femeninos que quiebran los recatos morales: lo liberador de presenciar mujeres que se encuentran expuestas: iracundas, contradictorias, desesperadas, rabiosas, histéricas, fracasadas, rechazadas… la lista podría seguir. Hay placer en aquellas expresiones y no solo por lo gratificante de sentirse complacientemente reconocida, sino por el atractivo mismo del devenir del personaje. Mas alla de la depuración que implica configurar personajes “defectuosos” y reales, hay algo aún mas profundo. Ademas de el consuelo y la validez de la propia neurosis hay algo que se llama reconocrr la presencía viva del otro, dejarse movilizar por sus efectos desestabilizadores, disfrutar desde una mente abierta que observa otras mentes que la sacan de su impersonalidad. Un sistema de emociones no cercadas, una vida encarada a través de los peligrosos lentes de la exploración y una gran determinación en la incertidumbre: lo eterno femenino.
Creo que una oda a carrie bradshaw no nos vendría mal. Y tranquilas, muchachas, que yo misma lo he comprobado, mientras más impudicamente asumimos nuestra lejanía con la idea de mujer indolente e intocable, al contrario de lo que temen: alli es cuando mas se reduce la compulsión a lastimarnos a nosotras mismas. Mientras menos temerosas nos encuentren de asumir la distancia que hay entre nosotras y la mujer que nos piden que seamos, entre la mujer ultrapoderosa, hipertrofiada de independencia y de ego, mas autónomas nos volvemos sobre lo que nos ocurre, y no al revez. Les juro que es mas sencillo crear conexiones de deseo mas autenticas cuando no estamos invadidas por imágenes religiosas de nosotras mismas.
Carrie tiene el pelo irregular y enrulado, mirada profunda y cejas que se mueven juguetonamente cuando hace chistes, cuando se encuentra sorprendida, y cuando quiere hacerse la coqueta. Carrie se sabe hermosa e ingeniosa pero también sabe que eso no siempre es suficiente para que el hombre que ama la elija, principio que es por igual aliviante que aterrador: quien la quiera la querra por algo mas que lo que hay sobre la superficie pero, al mismo tiempo, ni ella misma ni el otro podran identificar aquello que la define, aquello que la hace selecta. Los limites de todo lo que podría garantizarle ser amada se borronean, y ella pierde el control. Carrie trata a cada una de sus amigas con gran dulzura y muchas veces no sabe que decir ante las problemáticas personales que ellas le traen. Suele mantenerse al margen de las posturas políticas, y no solo de política en el sentido partidario, sino de todo tipo de política. Aquello la vuelve algo tibia en sus opiniones y en varias de sus formas de mostrar apoyo, pero al mismo tiempo esa característica de tibieza es la que le atribuye uno de sus puntos fuertes (ser tibia es también a veces igual a ser calida): ella sabe dejar sus propios valores de lado cuando tiene que adaptar su escucha a la personalidad propia de las emociones de las otras mujeres que la rodean. Sabe acompañar incluso si no esta segura de la decisión tomada por su amiga. Sabe divertirse por igual con los episodios y el determinismo de todas.
Carrie se pregunta sobre todo sin desarrollar una opinión segura sobre nada: ¿existen las almas gemelas y el amor a primera vista? ¿O es ya de dinosaurio soñar con un amor profundo y tradicional? ¿Es acaso la adrenalina y la incertidumbre una buena señal cuando de relaciones se trata? ¿O debo sentirme segura, tal cual como cuando me compro un nuevo par de zapatos que me encanta? De esa misma manera, la de interrogante, es como se mueve en sus relaciones, lo cual puede ser de igual manera valiente como imprudente.
Carrie es impulsiva y ansiosa pero también tiene bien presente el deseo- a veces molesto y doloroso y otras veces aliviante y elevado- de ser siempre mejor mujer de lo que fue ayer. Carrie se altera cuando un novio pone muchos esfuerzos en poder arreglarle su computadora porque tiene mucho miedo de perder su independencia, de bajar la guardia y acostumbrarse a que cuiden de ella. Le da vértigo lo que promete ser para siempre, porque, como ya sabemos, “para siempre” es mucho tiempo, ¿y que si el para siempre implica condiciones, cambios en su filosofía, una yo desconocida?. Al mismo tiempo, Carrie es también quien no supo como pedirle a su otro exnovio lo que quería ni expresarle lo que sentía. Ella misma adaptaba sus formas y aspiraciones, alegrándose inmensamente cuando, ya despues de muchos meses, el la tiene en cuenta con un cepillo de dientes, ¿Porque, que tal si por sus propios deseos y exigencias ella misma era quien se obstaculizaba un lugar nuevo y soñado? ¿Qué tal si estaba siendo testeada su capacidad y valentía sacrificial? ¿Qué tal si el amor se encontraba esperándola y lo único que ella debía hacer era ceder, era ser mas comprensiva? Carrie también es la que deja colgada a sus amigas cuando el hombre que la mantiene siempre al vértice de las promesas aparece. Aquel hombre que con las manos vacias le propone, de vez en cuando, saborear su sensual y adictiva presencia, esa que la hace sentir viva, esa que le hace posible las fantasias denagadas.
Carrie se queda muchas tardes y muchas noches mirando el teléfono fijamente, mientras su pie y sus dedos se mueven nerviosos, sin poder hacer nada mas, esperando una llamada, una invitación, una comprobación de que todo lo que le paso y todo lo que sintió no se lo imagino: si que la eligieron, si que gustaron de ella, si que disfrutaron de su singular y complicada personalidad. Ansiosa, mira el teléfono porque es el único capaz de proveerle la prueba definitva, esa que me aseguraria que no confundio una lujuria egoista con conexión, con una emoción honesta. Y pospone el mundo mientras espera aquella llamada porque ¿Qué importancia tiene todo lo otro si resulta que puede desfigurarse y fingirse algo tan trascendental como el amor? ¿Vale la pena siquiera creer en ella misma si resulta que pueden jugar de tal manera con sus sentidos? ¿Si resulta que puede entregarse des-pechada a un hombre y que este salga completamente inmune, sin un solo pelo trastocado, sin ningun solo recuerdo de ella que logre activarle la piel?
Carrie se viste espléndidamente y sabe coquetear. Sale a la noche y siente que el mundo es suyo, es joven, ambiciosa, soñadora y tiene potencial. Pero mientras toma y baila y domina todas las miradas, dentro suyo ruge el miedo de lo que le espera cuando llegue a la madrugada a su casa, ella sabe que corre el riesgo de sentir que todos los chistes que hizo, todas la inteligencia que desplego y todos los hombres que conquisto son solo producto de sus dotes actorales, de saber interpretar muy bien el papel de femme fatale que habita diariamente su imaginación y que mimetiza a la perfección, aquel que en el fondo no sabe si prefiere que le quede muy chico o muy grande. Porque Carrie también es la mujer que llora cuando recita un poema propio en el casamiento de sus amigos y su novio se va atender una llamada por teléfono, sin echarle una ultima mirada, sin pedirle disculpas, sin saber posponer todo su otro mundo y toda su otra vida aunque sea un ratito, por ella. ¡Y no lo hace de malo! piensa ella para sus adentros, porque asumir que el también es responsable de su naturaleza (de lo que no hace a propósito y de lo que no puede cambiar), implicaria asumir cosas tenebrosas y de gran vértigo: que el amor no siempre alcanza ¿entonces que tal si esta destinada a encontrar lo que necesita en un lugar sin amor y amar en un lugar que no sacia ni una sola necesidad? ¿Qué tal que si lo que sueña implica una felicidad muy tardia? O peor: ¿Qué tal si implica renuncias y entregas para las que no da la talla?
Carrie ama mucho y también se equivoca: Se entrega al extasis que le ofrece sentirse deseada por su exnovio casado que la abandono cientos de veces, que ahora proclama que la prefiere por sobre la otra, esa otra perfecta e inalcanzable. Pero también, cada vez que termina de hacer el amor, quiere volver el tiempo atrás, limpiarse todo rastro de las huellas de la temporal euforia: un hombre bueno la espera en casa y ella lo ama y quiere poder aceptar todo lo que el le promete, pero no sabe como parar, no sabe como dejar ir aquella otra vida: esa que se parece tanto a la vida que casi fue suya. Esa que se burlo de ella, esa vida que nunca estuvo y de todos modos se fue sin despedirse. Aquella otra vida escrita proféticamente en un pergamino, uno que protegio con mucha fuerza y mucha fe entre sus manos, para que luego, sin aviso, el sujeto al que le dedico la dedicatoria se lo arrancara y tirara a la chimenea.
Carrie tiene el pelo enrulado, se mueve desmpanante y tira grititos agudos y risas poco sofisticadas.
Carrie es una mujer moderna y por lo tanto, al igual que nosotras, se encuentra confundida. No sabe bien como amar y tampoco sabe bien como no amar. La intuición le habla de una manera y la vida de otra. Actua según su deseo, a veces conforme a lo que cree que es su deseo, y otras veces según todo lo que la daña, porque en realidad es mentira eso de que una en el fondo siempre sabe lo que quiere, no es tan fácil decifrarse. Carrie tiene el pelo oblicuo, y el corazón y la caminata también. Y espera y se impacienta y comete estupideces, pero vuelve a esperar. Sabe, o no se si sabe pero siente, que la vida en gran parte es eso: esperar.
Me cae bien Carrie porque hace tiritar de rabia y convulsionar de incomprensión e impotencia a todos los, como dice Taylor Swift, “Industry disruptors and soul deconstructors”, “vipers dressed in empath's clothing

malvina
quiero escribir casi todo el tiempo en todo momento. Ojala mis manos hicieran algo al respecto
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