En busca de la felicidad

Soy fiel creyente de que uno debe escribir para canalizar sus emociones, para transferir sus pensamientos, su tristeza y su felicidad. 

Es importante escribirle al momento, a las personas y a uno mismo. 

Hoy escribo para sentir menos, para soltar más, para que la vida no me pese tanto. 

Hoy escribo sin metáforas, hoy escribo como siento. Para leerme en un futuro y conectar con mi yo de este momento.

Siento tantas cosas y no siento nada a la vez. Todo duele pero nada me afecta realmente. 

No se donde se van las cosas malas que me pasan, que dejan de doler tan rápido. Tengo miedo de que estén en reserva y que salgan todas juntas en algún momento. 

Es rarísimo como funciona la vida cuando estás haciendo, cuando estás viviendo.

Un día es increíble de bueno. Al otro día no tanto. Y al otro, la tristeza no te deja ni pensar. 

Y volves a estar bien. Y todo pasa. Y de nuevo volves a sentir tristeza. 

A veces amo la vida. Otras veces no tanto. De lo que estoy segura es que quiero seguir viviendo hasta que no existan más días de felicidad, porque mientras los haya, así sea un día cada cinco, voy a seguir intentando que sean dos de cinco, para que después sean tres de cinco. Y, si Dios quiere, cinco de cinco. 

Sueño con una felicidad plena. Lo más plena que se pueda. Donde no haya tantas preocupaciones...