Todas mis mañanas imaginando cómo suena tu voz
Escuchando canciones para acordarme de vos,
Mirando las estrellas para ver si coinciden,
Recorriendo el mundo para ver si es el mismo andén.
Igual ya nos hemos cruzado en algún momento,
Solo que no era el punto perfecto.
Tal vez en tu ciudad, o en la mía,
En el mundo inmenso… pero ¿cómo sabría?
Aún el camino no se cruzaba,
El destino aún no se la jugaba.
Dos mentes, dos corazones, 1004 kilómetros,
El sueño de dar las flores rojas.
Una prueba, la distancia expectante.
Ansiedad, sobrepensamientos, mente inquietante.
Luchar por el alma que llegó a mi vida:
aquella, mi persona querida.

Adrián Arenas
No leemos ni escribimos porque sea tierno, escribimos y leemos poesía porque somos miembros de la humanidad y la humanidad rebosa pasión.
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