El viento es un fantasma que hace crujir las vigas de la casa,
empuja las cosas enfurecido o hasta las tira,
susurra cosas en nuestro oído y vocifera en las noches como esta
imitando a los banshee que auguran tu muerte incierta.
El viento es un fantasma, que acompaña a los solitarios
siendo la única caricia que recibe la cara solitaria del ermitaño,
siendo la compañía del que camina solo en noches como esta,
siendo el último abrazo de quien salta del precipicio.
El viento es un fantasma que no se comunica con los medium
sino con los sensibles, con los que están dispuestos a oír
que el viento susurra todos los nombres sin decirte ninguno
y te mira expectante de ver como reaccionas.
El viento es un fantasma porque alguna vez estuvo vivo,
por eso canta, silba, tararea, recuerda nombres, acompaña,
abraza, discute, conversa, acaricia, espera y juega.
¿Quién mató entonces al viento?
El viento es un fantasma que llora con pena
esperando que escuchemos su melancólico suspiro,
mientras añora que alguien lo abrace de igual manera
en la que él abraza a todos y cada uno de nosotros.
El viento es un fantasma con asuntos pendientes
los cuales no recuerda (lleva tanto tiempo vagando),
sueña con volverse un ángel y dejar de ser un muerto
es por eso que se lo oye cuando pasa ante el silencio.

Guido Boggio Marzet
Argentino, quizá demasiado. Escribo poesía y otras cosas, a veces no se muy bien que la verdad, pero lo importante es participar.
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