Una flor que nació en el edén
Una flor que crece día a día
Una flor que da frutos
Pero nada es suficiente.
Una piedra en el zapato de su corazón
Sonriente e inconforme al mismo tiempo
Viviendo una doble vida
A dónde irá a parar.
Dulce y amarga en su centro
Porque el destino ha hablado
Recorriste un camino
Para ver salir el sol.
Tierra de asfalto de infinita sabiduría
Suave néctar de los dioses está en tu cueva
Profundo y sincero es tu corazón
Escúchalo y síguelo para encontrar tu camino.
Y aunque el viento sople fuerte,
no hay raíz que no resista la tormenta.
Tus hojas se han caído mil veces,
pero siempre brotas con más fuerza.
Nada es todo cuando entiendes tu esencia,
cuando descubres que brillas sin permiso,
que eres flor, piedra y sol en un mismo suspiro,
y que tu alma no necesita adornos.
El valor de nada es el inicio del todo,
un viaje hacia dentro, un salto sin miedo.
Y cuando creas que no puedes más,
recuerda: el sol siempre vuelve a brillar…
y tú también.

Alexander Verano
Aquí comparto mis versos como quien deja cartas sin remitente: esperando tocar el alma de quien los lea, o simplemente, escuchar el eco de mis propios sentimientos.
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