El superpoder de las cosas buenas

O podrían pasar cosas buenas,

Podríamos descubrir una piedra mágica que nos haga felices para siempre.

Puedo pintar la escena:

recostado en el colchón en el piso

miro para arriba, el torso desnudo de mi compañero

en su cama

(siempre que pinto una imagen la habitación no me pertenece)

algo brilla bajo su cuerpo

entre la piel y las sábanas

un tesoro íntimo y espectacular

(siempre que pinto una imagen hay algo que nos salva,

algo que hace que pasen cosas buenas,

no soy tan pesimista

después de todo).

Lo que quiero decir es que me gustaría hacer una videollamada con vos, Julia.

Me dijiste que podía escribirte si lo necesitaba

y creo que lo necesito

porque tiño todo del mismo color, no me doy cuenta

o peor: me doy cuenta demasiado, todo el tiempo, de todas las cosas.

Me incomoda mi presencia en el mundo como si quisiera hundirme in the scheme of things

y no tocar ningún instrumento. ¿Miento, acaso,

ya que fui una mañana a la universidad de las artes y me inscribí

decidido a contarle mis ideas al mundo?

Me doy cuenta demasiado, todo el tiempo, de todas las cosas.

Por eso a lo mejor parece, Julia, que estoy bien

y que lo tengo bajo control. Lo tengo todo bajo control

y es por eso que quería hablar con vos, porque necesito ayuda

para soltar este control absoluto de mi vida. Porque lo miento y lo controlo

y temo que algún día acabe conmigo

este superpoder que tengo.