Tal vez es gracias al tiempo que puedo decir que ya no me invade todos los días su recuerdo, pero aún así, desearía volver a esa época. Es bastante raro, porque si me dieran la oportunidad de volver con ella hoy en día, claramente diría que no. No lo pensaría. Pero si me dieran la oportunidad de que se dé en otra vida, claro que lo haría. Mataría porque las cosas hubieran sido diferentes, pero no daría nada por estar con ella hoy, dentro de lo que llamaría mi presente.
Y es que esto es así, ¿no? Uno se ríe porque ya no duele igual, aunque aún duela. O tal vez ya ni siquiera duele, pero sigue pesando como un eco que se va quedando en las paredes de uno mismo. Aunque la voz original ya se fue hace tiempo, sigue y sigue golpeando.
No la amo, no. Pero su recuerdo todavía tiene la capacidad de atravesarme cuando menos me lo espero: en un perfume, en una canción, en una calle por la que no pasaba hace años. Y ahí está de nuevo ella, o más bien nosotros, eso que fuimos.
Tal vez gracias al tiempo puedo decir que ya no me invade todos los días su recuerdo, que ya no me quiebra el pecho ni me revuelve el estómago. Puedo hablar de ella sin que se me rompa la voz. Puedo reírme de cosas que antes solo me hacían llorar. Pero, aún así, desearía volver a esa época.
Como ya dije anteriormente, si hoy me dejaran volver con ella, diría que no. Pero no es por desprecio, tampoco por orgullo, sino porque ya no encajamos. Fuimos un rompecabezas que en su momento embonó muy bien, pero ahora simplemente somos parte de otras cajas.
Pero, como dije también, si me dieran la oportunidad de que todo sucediera en otra vida, en otras condiciones, en otro tiempo, lo haría. Y eso me confunde mucho. ¿Cómo puedo desear tanto algo que ya no quiero vivir? ¿Cómo se puede extrañar tanto algo que ya no tiene lugar en tu vida?
Es como si mi corazón luchara por salir hacia atrás y correr al pasado, mientras mi cuerpo simplemente quiere seguir hacia adelante. Quizás no la extraño a ella, sino a quien yo era cuando estaba con ella. A la versión de mí que pensaba que las promesas compartidas y los futuros compartidos eran posibles a su lado. A ese ingenuo que pensaba que el amor, mientras fuera real, bastaba.
Como decía Mario Benedetti: "Uno no siempre hace lo que quiere, pero tiene derecho de no hacer lo que no quiere". Y hoy, desde esa madurez que solo da el haber perdido lo suficiente como ella, puedo decir que no quiero volver. Pero también puedo aceptar que una parte de mí jamás dejará de querer volver atrás, solo para hacerlo todo diferente. No para cambiar el final, sino para vivir el trayecto con más conciencia. Para decir más veces "te amo", callar menos, abrazar más y, tal vez, en ese momento, insistir un poco más de lo que insistí.
Hay amores que no están hechos para durar, pero sí para marcarte. Sabines, en algún momento, llegó a decir que hay amores que son eternos mientras duran. Y el nuestro duró lo que tenía que durar, ni un segundo más. Y, aun así, cada instante dejó cicatriz. Pero no de esas que sangran, una de esas que te enseñan.
Hoy entiendo que hay personas que llegan a tu vida no para quedarse, sino para transformarte. Para arrancarte de ti mismo y mostrarte todo lo que eres capaz. Para hacerte temblar, llorar, arder, y luego, simplemente, dejarte con todo eso. Es cruel, pero también es profundamente humano. Porque nadie nos enseña a amar, pero todos aprendemos a perder.
Y perderla a ella, en su momento, fue quedarme sin aire. Pero ahora, gracias a eso, respiro con más conciencia, más hondo, más real. Porque incluso en la ausencia, ella me enseñó algo. Y no fue una lección de vida hermosa, o una moraleja, o un final feliz. Me enseñó que a veces el amor también es aprender a irse. Y que a veces el acto más profundo de amar, es no volver.
Y mientras te digo todo esto, me doy cuenta de lo curioso que es hablarle a alguien que probablemente ya no piensa en mí, que tal vez me tiene guardado en algún rincón borroso de su cabeza, si es que aún me llega a guardar. Pero no se trata de ella. Se trata de mí, hablando con ese pasado que sigue haciéndome preguntas, aunque ya no espero ninguna clase de respuestas.
Porque al final, todo esto es así: el amor, el recuerdo y la nostalgia no son más que una conversación con uno mismo. Con el que alguna vez la quiso, con el que alguna vez la perdió, y con el que alguna vez sobrevivió.
Y ahí es donde aparece la paradoja, ¿no? Donde al querer conservar todo, la perdí. Por intentar retenerlo demasiado. Porque el amor nos atrapa, se vive, y a veces, se deja ir.
Me costó entender que no todo lo que arde está mal. Porque hay incendios que no destruyen, sino que iluminan y calientan. Y que hay despedidas que no son fracasos, sino una evolución. Como si algo te dijera: "Aquí terminaste una etapa. Sigue".
Heráclito decía que nunca te bañas dos veces en el mismo río, porque el río ya no es el mismo y tú tampoco. Así pasa con las personas. Por más que quisiera repetir algo, ya no podría. Porque incluso si ella volviera, yo ya no soy ese tipo del que se enamoró. Ya no tengo la misma fe ciega con la que saltaba, ni las mismas heridas abiertas. Ahora llevo cicatrices que me enseñaron a no cerrar los ojos mientras salto.
Y ¿sabes qué? Me gusta pensar eso. Me gusta imaginar que, en alguna dimensión, en algún universo donde los relojes fueron más amables, yo sí te llevé de la mano hasta el final. Y puede sonar tonto, pero la idea me consuela. Porque, aunque esta historia ya no tenga más capítulos, al menos sé que la escribimos con el corazón. Que, al final, creo que esa misma tinta fue la que usamos para firmar la despedida.
Hoy sigo caminando, y ya no con prisa, sino con la calma de alguien que finalmente hizo las paces con su historia. Y si algún día vuelves —no tú, la persona, no— sino el recuerdo, no voy a huir. Me voy a sentar a escucharlo como quien abre una carta antigua. No para contestarla, solo para recordar que alguna vez el amor me visitó.
Y eso, en este mundo donde todo pasa tan rápido, ya es bastante pedir.

Vcnt
La forma en la que menos me cuesta expresarme es escribiendo así que me gusta compartirlo, actualmente no se si es mi hobbie principal pero me gustaría que lo sea algún día
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