El silencio habla mucho

Alguna vez escuchaste hablar al silencio.
Estoy seguro porque nunca se calla
el habla y habla aunque no te guste.
El silencio está enamorado de su voz.

Y no es una charla amena que te saca risas
ni anécdotas graciosas dignas de Paseo La Plaza.
El silencio dice mucho, a veces demasiado
y no le interesa cuando parar.

De hecho si le decis que haga silencio
cree que lo celebras y habla el doble.
El silencio dice mucho, a veces demasiado
solo que quiza no lo notaste.

Claro que no habla español, habla un lenguaje universal.
El silencio hablaba el idioma de las miradas cómplices,
de las risas contenidas,
del nuevo e inculcado miedo a la autoridad
y de las ideas rebeldes con lenguas viperinas.

¿Te acordas de los bullicios en el aula del colegio?
seguro no te acordas lo que decían pero si de la seño
cuando enojada golpeaba el pizarrón y todos se callaban
todos menos el silencio.

Ya más tarde, empezaste a tener tus primeras citas.
¿Me vas a decir que no escuchabas al silencio hablar
durante los cruces de miradas sostenidas sin decirse una palabra?
El silencio siempre se siente mal tercio y habla tensión.

¿Qué hay de las noches que pasaste en soledad sin realmente estar a solas?
Seguro escuchaste al silencio decir cosas entre las pausas de la música.
A veces habla en motivación para cambiar, para ser tu mejor versión,
otras solo sabe herir, hurgando heridas viejas que nunca cierran.

Quien calla otorga al silencio el turno de hablar,
el cual es apenas un niño y no sabe mentir pero fantasea despierto.
Todo lo que dice el silencio lo dice por algo, quizá sin motivo
pero siempre con razón.

El gran desafio de la comunicacion con este ser
que solo dice mucho, mayormente demasiado,
se esconde en saber cuando dejarlo hablar
y cuando realmente prestarle atencion.