Vine al Río de Vicente Lopez a encontrar el foodtruck donde trabaja mi primo. Apenas llegué había dos gronchos fornidos con una caña de pescar que le dijeron a mi primo que estaban robando partes de autos. Acudió uno de otro track y justo llegué con la bicicleta y seguro se intimidaron que seamos varios. Aunque, según nuestras teorías no afanaban, estaban jodiéndolo. Le dije que la próxima le diga que para chorros tiene una escopeta guardada y que le gustaba disparar a boludos.
Estoy en medio del viento que me moldea, con el horizonte húmedo, con el agua que parece dulce de leche a oleadas.
Típico de relato, elegí el camino incorrecto, la aventura del mandarme por debajo de una autopista que da vueltas y acompaña a la General Paz que sale luego a la Libertador. Me mandé hasta el fondo por un camino silencioso y soleado con construcciones de club, terrenos de arena con máquinas y canchas de futbol y más adelante un cartel cuadrado rezaba polígono de tiro. Ni un alma. Cuando me fijé en el gps había llegado a un dead end de una península que ni siquiera formaba parte de la provincia de Buenos Aires, seguía en Capital y tenía que volver atrás, decidí sacarme el buzo. Si me voy mal me voy mal.
Un pibito en el claroscuro toma la caña como si fuera una carabina.
Hay quienes piden cerveza rubia o empanadas, quedan esperando en el pasto o las mesas de madera como yo, en el super deck que construyeron como un patio de comidas.
Recién vacía la lata de cerveza comienza a temblar con el leve viento. Me pregunto si los disparadores mentales que estoy utilizando para escribir respecto a una crónica de viaje son los correctos. Seguro importa el dónde por sobre el quién. El partido de Vicente Lopez tomó el nombre de la Capilla de San Isidro, construyeron entre estos dos partidos un ecosistema de nobleza escondida calles adentro y un manjar de paz en la zona costera, cercana a la reserva natural y el tren ayudó a esparcir la población y las visitas hasta el Tigre y Nordelta, unos berenjenales selváticos más al norte.
Entreno mi foco para cuando viaje a Bariloche, en marzo. Una tipa en la librería, la otra tarde, me dijo que el fuego ya estaba controlado, ella era de la Patagonia y me insistió a que vaya a conocer Villa La Angostura. Me fijé fotografías en el google, es un espacio verde boscoso centrificado por un lago y unas cabañas muy bellas. En invierno parece un paraje de Game of Thrones frente al muro del Norte. Qué gracioso. Qué bueno que el fuego esté bajo control si es esto verdad, lo último que habíamos enterado es que iniciaron un foco de incendio en la bajada de un monte en la ciudad de Bariloche, directamente. Era un foco nuevo, no había manera de que sea el mismo y que se haya extendido. Aislado pero perpetrado de la misma manera. Igualmente en los medios este fin de semana se habló de otra cosa: el gobierno nacional se mandó una estafa con una criptomoneda laburada desde un despacho de pibes de veinte años que, nos enteraremos luego, usaron a Milei y lo apretaron a él y a su hermana para hacer lo que ellos querían. Ganar millones en pocos minutos y sacar todo el monto, convertirlo en liquidez y exportarlo a tres o cuatro cuentas fuera de la ley. Por otro lado, el presidente argentino se jacta que, al “conocer el mercado” le robó dinero meramente a los yankis y a los chinos, que son los que más invierten en monedas virtuales de blockchain. Como si fuera una guerrilla economica. Lo que no entiendo y encima por qué Trump avala que él le haya robado a los yankis, porque también les robó mucho dinero a los seguidores libertarios que pusieron plata desde el minuto cero cuando pegó el link. Luego jactado de no haber interiorizadose lo suficiente. Patrañas. Mientras escribo con una birome azulada me llegan mensajes de uno que quiere discutir. Hice teatro con él hace varios años en un elenco, que también era un chantapúfete (pero eso da para otra historia) y me buscó la lengua con que él se fue del pais porque el socialismo impuesto por el kirchnerismo hizo que se sintiese sin oportunidades… Le dije que no sabía qué era el socialismo, el comunismo, etc porque lo que me interesaba era que, soy un trabajador y no llego a fin de mes, en comercio los sueldos bajan y él por tener doble apellido y vivir afuera qué le importa lo que sucede. Sí claro sabía que bajaron las tazas de interes y el negocio inmobiliario subió un porcentaje alto. Eso mismo lo escuché de las noticias oficialistas nomás. No es la realidad que se vive aquí. Que el socialismo lava mentes. Bueno, creo que cada ideología va a construir su dialéctica porque yo opino eso del fascismo que se la tira contra el movimiento “woke”, osea la democracia en sí.
Aca lo que sentimos es miseria. Sea que sacan de la RAE la ch y la ll, el sintagma derechos humanos apenas asumieron, en el ministerio de justicia, desarticularon las jubilaciones y el ministerio de la mujer y llaman pedófilos a los gays para construir al enemigo, los pibes de San Isidro que sacaron a pasear el Falcon, eran de una juntada de La Libertad. El enemigo termina siendo pibas cantantes de veintipico de años porque él es un nenito que no conoce un orden alguno. Él solo sigue planes del sionismo, es un engranaje y les vino bien a estas altas cumbres del poder porque no aflora en sentimientos, no asume errores, es una marioneta perfecta de Netanyahu y Trump.
Acaso no alcanza con ver los signos… protestar, quedar extenuados. Qué más. No uso signos de interrogación para acentuar el cansancio en la voz, en el cuerpo, corrompido de odios ajenos. Esta gente convive en un plano paralelo, lo mismo que siempre. No creo que muchos conozcan el término gatopardismo. Es un término que describe una estrategia política y social, donde se realizan aparentes cambios para que, en el fondo, todo siga igual. Se basa en la famosa frase de la novela El Gatopardo de Giuseppe Tomasi di Lampedusa:
"Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie."
Es común en la política cuando un régimen o partido introduce modificaciones menores para calmar a la opinión pública sin alterar el statu quo. Creo que un climax gatopardista es que Milei trató a Larreta de comprador de opinión de la prensa cuando él también lo hace y lo reconoce.
Vuelvo un poco a la lata de birra vacía, ya con un mareo salado en la boca, luego de unas empanadas de capresse. Mi primo se sienta en la mesa y charlamos de posibles talleres para dentro de unos meses. Podríamos poner lo que cada uno sabe y quiere, él la parte de la lectura y yo disparadores para escribir. Es bueno hacer alianzas en el arte. Creo que lo necesitamos. Visualizo el calor que eleva para después del mediodía y la ruta de vuelta (Laprida cuesta arriba, Maipú y después San Isidro labrador hasta Amenábar) y me pregunto si es un poco más de lo mismo lo cíclico de las oleadas pacíficas con estos gobiernos . La vida política no es acorde a la riqueza que tenemos como país. No sabemos lo que tenemos, no hay un plan nacional actualmente.
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