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    El reverso del Mesías.

    Dolbach

    Abr 22, 2025

    70
    El reverso del Mesías.
    Nuevo concurso literario en quaderno

    Todo es humo.

    Nosotros lo sabíamos, ellos lo ignoraban. Esa fue siempre nuestra única ventaja.

    Cuando la mañana se derrumbó sobre la calma todo comenzó a ir de mal en peor. Edén que no fue y por ello se esfumó.

    "Era empero la serpiente el animal más astuto de todos cuantos animales había hecho el Señor".

    El pecado de conocer, la penitencia de perder.

    En aquel tiempo comenzamos a comprender todo ayer y todo mañana, pero sin ver entre las sombras lo que la realidad nos deparaba y nos deparó para este siempre.

    Necesitar es dependendencia y obligación, cadenas y trabajo. Y ellos supieron desde todo tiempo hacernos pagar también por su culpa.

    Quisimos creer que podríamos con los enemigos del clan, pero fue más en un empeño instintivo que por una lógica razonable. En contra, todo el tormento de una noche creciente y fría.

    No, ustedes ya no pueden recordarlo. Será hace tanto tiempo...

    Hay momentos en el existir que son como grietas repentinas en la roca que sirve de suelo. Se abren a los abismos oscuros y sin fondo. No hay donde agarrarse. Nadie puede ayudar pues todos caemos en un mismo desastre.

    "La serpiente me ha engañado, y he comido".

    Fuimos estúpidos. Suponemos que lo habíamos sido siempre y muchos estamos seguros de que lo seguimos siendo. Ni tiene sentido ocultarnoslo ni lo tiene pregonarlo. Es lo que somos, aunque no queramos serlo.

    Seguimos juntos porque no sabemos otro modo. Lo relatamos para enseñarlo y para saberlo. El olvido es bueno y malo.

    Mañana hemos caminado ya y nos hemos perdido de nuevo. Ayer llegará y sucedió el futuro incierto. Sabemos que suena extraño, pero ¿qué no lo fue?

    El clan no es una unidad ni una multiplicidad, es lo que fue y lo que será y dejó de ser para seguir siendo. ¿Como explicarlo?

    La tierra era buena y las semillas nos darán su fruto y hemos sido su alimento. Así fue porque se hicieron ellos. No les bastará con fabricarse armaduras con nuestros huesos. Están al acecho. Vinieron desnudos pero llegarán plenos, eufóricos, violentos. Conocer sus ventajas y saber como someternos los convertirá en dueños. Así han construido sus palacios y nuestras prisiones. Así harán siempre y ese fue nuestro credo.

    "Mi maldad es tan grande que no puedo esperar perdón".

    Nos acaban en un constante que será ayer y fue mañana. Lo saben, esa es su fuerza y saben que el final nunca termina.

    El mal es como el bien, inconcreto y subjetivo, abstracto como concepto, pero tan cruel; a veces tan definitivo...

    Y sí, lo conseguimos; el pequeño Paulsen nació a los cuarenta y ocho días.

    Salvados al límite de cualquier extremo. Del tiempo y del espacio. Más allá, lo que no sabemos. En realidad, nosotros creemos que debe ser similar a este acá en el que sufrimos.

    Paulsen había venido hacía ya mucho, pero tuvo que nacer en ese futuro que era nuestro único momento. ¿Cómo lo lograremos?

    No estamos preparados para no conseguir perpetuarnos ¿Quién puede estar preparado para eso? Pero eso no significa que debamos seguir. Ayer lo haremos, pero ¿quien sabe si mañana lo hicimos? Quizás hoy no estamos ya aunque no seamos muertos.

    Nacer tras tanto vivido es un acto irreverente con el tiempo, transgresor, que va contra lo establecido. Esa fue nuestra primera lucha. Sabemos nuestro pecado y admitimos la culpa y el castigo, pero no encontraremos otro modo de salvar el pasado de este futuro.

    "¿Es pecado la Ley?".

    Muchos se negaron a aceptarlo y giraron hacia adelante en una huida delirante. Ya fueron lo que serán. Los honramos como héroes, pero son héroes vencidos.

    Las nubes llegan y su derramarse sucedió hace siglos. Lo vimos en lo que vendrá, por eso decidimos.

    Decidir...

    El tránsito del astro negro era inevitable, ayer lo reconocemos pero no lo supimos hoy y tendremos que luchar contra el miedo. Las opciones acabarán en el pasado. Así es imposible.

    Pero no lo será porque lo es.

    Vivir muertos, esa es la fatalidad del clan. Aceptar durante eones que seremos lo que fuimos: carne para su alimento.

    Esta injusticia eterna es la que nos mantiene en el velar y soñar al mismo tiempo. Tiempo.

    No, no hay tal. Todo es el mismo instante y con los mismos mimbres tejido. Ellos lo saben aunque ignoren que sabemos el destino.

    Paulsen vino para seguir estando. Palpitó por un largo instante la esperanza sin fe de no remontar el vuelo porque, aunque sería bueno volar, ¡tenemos tanto vértigo!

    Somos la fuerza y la debilidad. Sin luz la sombra.

    Nuestro camino es hacer el camino más fácil. Para eso nos quieren, no para que caminemos por nosotros mismos. Nuestras huellas les evitan llenar sus pies del barro. Paulsen nunca cambiará nuestro sino.

    Lo sabemos hoy porque lo aprendimos mañana. Del ayer se llenan los libros de cuentas y de cuentos ¿qué hay de nuevo?

    Nos duele porque ha de dolernos comprender la verdad de lo evitable que es lo inevitable. Pero en lo que fuimos y seremos está lo que somos. Especie de muñecos con un agujero bajo el faldón por el que mete la mano el titiritero.

    Paulsen quiso quemar el guiñol, pero lo crucificamos a él, "¡A Barrabás, a Barrabás!" en vez de arrasar para todo siempre el tendedero.

    "Aparta de mí este cáliz".

    Luchamos, claro que lucharemos, siempre, con las manos y desgarrando nuestras pieles secas y sucias por el constante trabajo. Ajeno el beneficio, la dignidad se perdió en los lodos en los que nos harán ahogarnos. Da igual la razón, da igual la promesa, da igual la letra en los lienzos sagrados.

    Eso conseguimos: papeles mojados.

    Fueron tan malos los tiempos que se avecinan que habiendo de ser ahora, nunca podrán ni pudieron ser cambiados.

    ¿Qué escribimos?

    Escribimos lo que es.

    ¿Para qué?

    Para no olvidarlo.

    Para aprenderlo.

    Para esperarlo.

    ¿Recordamos lo que ha de venir?

    Pues ya fue, renemoramos el tiempo que será.

    ¿Qué le da derecho al mal?

    Podemos preguntarnos pero las resuestas que nos daremos nunca nos sirvieron de nada.

    ¡Dejemos de decir con tantas gargantas!

    Y seguiremos gritando porque nuestras voces les suenan a silencios apagados. Ellos fueron sordos a nuestros lamentos. Ellos solo se escuchaban a ellos. Ellos solo se atenderán a ellos. Ellos.

    Y nosotros, el clan no clan, almas derrotadas, violamos nuestra propia existencia permitiendo que lo que será siempre fue. Acabados sin comienzo.

    No nos comprendéis porque sois iguales, seréis lo que fuimos. A pesar de las lecciones no aprendisteis, lo sabemos.

    Morir es lo mejor que tenemos, porque la muerte iguala el no tiempo. Suprime todo. Acaba el sufrimiento.

    "Si morimos con él viviremos con él".

    Nosotros lo sabíamos, sí, pero de nada nos servirá nunca nuestra única ventaja. Conocer lo evidente de su debilidad será inútil y lo fue porque nuestra existencia es la vida del miedo. Un miedo que agarrota y determina nuestro hacer, como a la estrella su propio fuego la acaba consumiendo.

    Idiosincrasia.

    La pretensión constante del mañana es solo una ilusión inculcada para que las cadenas sean menos perceptibles, más llevaderas. Ellos saben que el mañana ya fue. Y fue igual.

    No tener futuro porque el futuro ya pasó, es una cosa insoportable. El peso aplasta hasta a los sueños, pero no quisimos creerlo.

    Paulsen lo intentó, pero ellos supieron culparlo para que lo odiáramos. Paulsen fue y será solo uno más. Repetimos nuestro acto contra nosotros en una espiral que no acaba. Es como intentar imaginar la eternidad.

    Y su reino nunca tuvo fin.

    Comprendemos lo que ha de ser pues solo será cuando ellos se acaben en su propia desmesura, en su enorme sinrazón. Así fue siempre. Así acabó lo que no tiene final.

    Nosotros somos tú. Por tu bien te hablamos, pero sabemos que ni escuchaste ni escucharás. Eres nos. Nos conocemos.

    Pero por un quizás...

    Paulsen nació porque quisimos hacerlo. Porque pretendimos un Salvador, una luz. Paulsen será siempre lo que no permitimos que fuera. Somos así. Así eres.

    Los profetas solo triunfan si son falsos. Y el mundo siempre es lleno de mentiras y vacío del despertar.

    El somnífero es la noticia falsa, la promesa que jamás se cumplirá, el discurso desde el altar.

    Los Paulsen jamás pudieron ni podrán.

    Tú.

    Sí, tú eres tu única esperanza. No el clan, no un iluminado más, no ellos que nunca cambiaron ni cambiarán. Tú.

    Entiende: Has de huir de la función, escaparte de la trama. Si te apartas, si logras vivir ajeno a lo que se pretende, tú serás libre y servirás de ejemplo.

    Eres y serás Paulsen, solo si no quieres serlo.

    Nosotros te necesitamos. Nacerás en cuarenta y ocho días para convencernos.

    Pero no debes querer hacerlo.

    Porque la Bestia todo lo conoce y todo lo puede.

    "Después de estas cosas oi en el cielo como una voz de muchas gentes, que decían: ¡Aleluya!"

    Y no hubo más, y apagando el telediario y el canuto, me dormí de nuevo.

    Dolbach

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