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el retorno de saturno

sofía#10

Jul 8, 2025

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el retorno de saturno
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¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos a ir? ¿Vamos?

Hace ya un tiempo que entré en un camino sinuoso que me lleva una y otra vez al mismo punto de partida. "Hay que aguantar el aire y cruzar el campo de ortigas" escuché una vez. Y yo corro eh. Corro sin parar con toda la fuerza que puedo para alcanzar el final de ese campo, pero el arco de llegada cada vez se aleja más y, poco a poco, me estoy quedando sin aire.

¿Me gusta lo que estudio? ¿Me relaciono con gente de mi interés? ¿Hice bien en dejar esa carrera en la que me iba tan bien pero no me veía ejerciendo? ¿Agarro el laburo que me va a dar dinero pero que no me gusta o me dedico a eso que me llena el alma pero donde me pagan dos pesos con cincuenta? ¿Le vuelvo a escribir a esa persona con la que decidimos ir por caminos diferentes pero que sé que es el amor de mi vida? o ¿Me voy de viaje por unos meses para "probar suerte" y dejar todo atrás?

Tengo miles de preguntas y ni una respuesta. Mi cabeza va a 200 kilómetros por hora, recorre todas las posibilidades habidas y por haber, pero nunca llega a una idea clara que me de seguridad. 

Retorno de saturno le dicen. Aparece entre los 27 y los 30, donde atravesamos un momento de reflexión, autoconocimiento y crecimiento personal. ¡Buenisimo! como teoría está bárbara y hasta se lee lindo pero en la práctica no se siente tan bien. Es como estar en el medio de un laberinto con paredes enormes, donde vos ves el cielo pero no podes saltar, y te toca caminar con mucha paciencia cada sendero hasta descubrir la salida. Pero el tiempo corre, la ansiedad se agiganta tanto que te sentís chiquito y las manos te transpiran sin parar. Tic Tac. Las agujas del reloj suenan cada vez más fuerte y en el recorrido encontras pasarelas con tablones flojos y sin terminar, puertas que se cierran en tu cara, y piedras, muchas piedras que te hacen tropezar. 

A veces siento que vivo en esa constante desde que nací y que el retorno no me agarró a los 27, ni a los 28. Sino desde el 96 cuando caí en este mundo y no lloré. Porque quizá ya sabía todo lo que iba a llorar después, cuando la vida se iba a poner cuesta arriba. 

Y pienso mucho en este planeta que decidió volver y traer tanto caos, lo charlo con mis amigos, con mi vecina, con mi hermana y con el chico que espera el bondi al lado mio mientras se cae el cielo y escucho putear porque él tampoco decidió salir con paraguas ese día. Y acá la lluvia y el paraguas son metáforas porque mi generación está en la misma. Al fin de cuentas, esta travesía de saturno nos hace sentir de igual manera. Sin amparo y con frío. Esperando un colectivo que ni siquiera sabemos si va a pasar en cinco minutos, en tres horas o nunca.

Pero lo esperamos igual como si estuviésemos en piloto automático, siendo zombies de una rutina en la que estamos inmersos y no podemos salir. En la que solo vemos cuestionamientos pero ya no buscamos la solución con tanta fuerza. Ya no alcanza la fuerza ante tanta duda, confusión y ruido alrededor nuestro. 

¿Seremos esa generación desencantada? La que de chicos soñábamos con que carrera estudiar, a qué trabajo aspirar, encontrar el amor sano y recíproco, compartir la casa propia y demás. Pero ahora, no queda otra que aceptar que estamos ante una situación bastante diferente quizá. Donde todos esos sueños se tornan inalcanzables porque la realidad se hizo amiga del retorno y los enterraron mil metros bajo tierra, llevando consigo a una generación entera y dejándonos a todos completamente muertos en vida.

sofía

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