La oscuridad de la noche, el viento que sopla por mi ventana, las luces de la calle se cuelan tenues a través de mis cortinas y entre el silencio se oyen girar las manecillas del reloj.
Eso me indica el paso del tiempo, creo que hace horas estoy aquí, bajo mis sábanas, sin querer moverme. Las lagrimas caen por mi mejilla dejando mi cara humeda al pasar, mi ojos ya rojos de tanto llorar se cierran para intentar olvidar esta existencia, se cierran con esperanza de que al abrirlos tú sigas aquí, porque mi corazón que late apresurado, no soportaría que alguien mas se fuese de su lado sin siquiera tener la consideración de avisarle de antemano.
Mi pecho se expande y contrae rápidamente, mis pulmones se sienten agotados por respirar entrecortados por el llanto.
Estúpido llanto, estúpido corazón, estupida luz de la ventana, estupido reloj, ya quiero que se calle, ¿por qué no se calla? si no se calla pronto lo destruiré.
Mi mente piensa miles de cosas por segundo, pienso que tal vez me odias, pienso que me molesta luz indeseada, pienso que tal vez te aburriste de mi y pienso y pienso y pienso y pienso que ese maldito reloj deveria callarse.
Pero eso nunca sucedió, y me vi obligada a salir de mi cama. Saqué las sabanas de encima mío y sentí el frio de la noche penetrando mi piel, caminé hacia mi escritorio, no tuve que prender la luz porque se distinguía bien con la que había, entonces tome el reloj y cuando lo di vuelta para sacarle las pilas, este no tenía y fue ahí donde recordé que nunca le compré pilas, porque no soportaba el ruido de los relojes.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión