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El purgatorio de las aves. Dedicatoria.

Sep 16, 2025

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El purgatorio de las aves. Dedicatoria.
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Tuve que canibalizar mi corazón para que deje de pedirme que emprenda viaje al bajomundo, donde nos guardamos los que bebimos nuestras lágrimas.

Recurrente y calamitoso, el panteón de mis deseos se objetó en huelga, indicándome el nicho vacío que llevaba mi nombre.

Me demoré demasiado en conquistar la ciudad, Buenos Aires me quedó grande.

A veces las cosas me quedan grandes, pero porque me empequeñezo ante mi miedo a ser olvidada.

¿Será que me hice tan pequeña para poder habitar en tus rincones?

Amiga mía, mujer despreciable y bella, tengo un último favor que pedirte.

En tus llagas florecí yo,

encontrando los recovecos

en la carne viva

para embellecer el caos de tu pena.

Mis llagas estaban impías

depuraban lamentos escabrosos

Los mismos que tuviste que

dar consuelo en tu pecho.

Pero ya habían sanado. Las bauticé de nuevo.

Igual que las de Cristo que, un domingo como éste, resucitó de entre los muertos.

Domingo 14 de septiembre,

Cordoba flamea campante, las calles austeras se vuelven pergamino en la distancia, el eco de las voces se cuela por las esquinas y los pasillos.

Estoy sentada en una plaza, mirando un horizonte que me es ajeno, que me delata extranjera en mis propios pagos.

Y, a vos que te gusta alimentarte de corazones inocentes, se te hizo excelso el condenarme en la ciudadela de la furia.

Hay flores alrededor mío, se están secando.

Vos siempre me pedis que no las arranque, pero, a mi no me preocupa.

Porque allá donde yo amé, florecen semillas.

Germiné mis raíces a tu patio, el pasto alto me gusta, se siente mullido bajo mis pies descalzos.

Y acá estoy, mirla de mi suerte,

pensándome a tu derecha,

pero habitando el purgatorio.

Es este el purgatorio de las aves.

Es la libertad que te ofrecí aquella vez,

pero el precio de la libertad

es una bala con mi nombre.

Es esta mi dedicatoria, entonces, donde te suplico que como último favor: me leas.

Conocer tu tierra árida

me lleno de ideas.

Y acá estoy, cosechando mi jardín.

Bienvenida.

Yetattore.

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