Hoy en día entiendo la importancia de sanar.
Hoy hace un año el mundo se me venía abajo. Era tan desesperante el sentimiento de creer que nada se iba a poner mejor, que viví un enero denso sin fin un par de meses.
Cuando sentí lo que era tocar fondo es cuando entendí que pedir ayuda estaba bien. Realmente creí que no iba a sanar nunca, que no tenía cura, que me iba a sentir miserable por siempre.
Tome terapia, sané, y hoy en día me siento viva, junto a las personas que quiero, en los lugares que quiero, siendo como yo quiero.
La tristeza había inundado mis pensamientos optimistas.
Hoy estoy bien, viva, amando el verano, tratándome bien. Sanando. Después de tanto infierno.
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