El primer contacto con el presente.

Este primer contacto no es el primero literal,

Es el primer contacto de todos los días, ese sentir de que vas adentrándote en tu ser.

Salir a la calle después del trabajo.

Cientos de recuerdos del día centelleando por unos instantes,

Cientos de pensamientos de los pendientes que quedaron de hoy,

Cientos de variables entregadas al mañana.

Caminando simplemente movido por una especie de euforia, de fiebre, de electricidad, de efervescencia rememorando lo vivido en el dia.

A la quinta calada del pucho, llega su punto culmine, con un ruido blanco, donde no escucho mi propia voz.

*Solo, un tiiiiiiippp*

Y al ir recobrando el control de mi mente, adentrandome en mi piel.

De oír mi voz,

Todo se vuelve frenesí, mirando a todos lodos, escuchando todo a la vez, el auricular, los colectivos, los bocinados, los pájaros, el murmullo general, los pasos, las voces, las palabras, las miradas, la presencia de un otro.

Hasta que logro tomar el control de los ojos, mirar un árbol, algo que YO elija que mirar, que ver, no un culo como miles que se mira por día por ser un Sensual Karamazov, tomo el control de mis odios, escuchando un auto en particular.

Y te adentras más y más.

En ese momento, ataca un terror horrible, un participante en este pseudo-estado de transe que se mantenía anónimo todo el día.

El pecho,

El pecho no participa demasiado en la escena cotidiana del existir.

Pero cuando retomás el control, cuando más te acercas a vos mismo, cuando más te acercas el presente, resulta ser un volcán a punto de estallar.

El miedo invade a la escena, al presente mismo, al cuerpo, con nervios, apuros, movimiento involuntario, con el ritmo de aquel que siempre esta apurado.

De pronto te percatas de la soledad en la estas sumido, porque ya no hay un otro, como en el laburo.

Solo vos, recobrando tus sentido, y teniendo que impartir tu propio Tic Tac.

Para vos.

Ya no tenes por qué seguir el del mundo, o el del entorno del trabajo, el tempo del otro.

Lo debes marcar vos, orquestar tu propia existencia, y como si fuera una pared de fluido, como un mar en vertical,

Vas insertando, en principio el dedo, y poco a poco el resto del cuerpo, hasta tocar la espalda, y sentir el frío que tiene la verdadera existencia, de Habitar el presente.

Tu cuerpo, tu mente, tus emociones y mas importante, tus acciones a merced del tiempo que dispongas. Porque la vida continúa, quedan unas 6 o 7 horas de existir, y como lo vas a disfrutar?

Asusta realmente.

Invaden pensamientos de,

Lo voy a disfrutar?

O

Lo voy a desperdiciar?

Ahí se encuentra la voluntad.

Y al igual que el primer chapuson siempre es frío, uno se acostumbra.

Y el mundo se torna un parque de diversiones,

Para uno mismo.

Para hacer lo que te plazca,

Como cantar en voz alta, o silbar,

"

Pronto llegará,

El día de mi suerte,

Se que antes de mi muerte,

Seguro que mi suerte cambiará,

"

A su ritmo,

Dios,

Que hermosa la salsa.