el peso de extrañar

una bocanada en el invierno me retuvo en los instantes que nombré nostalgia. momentos donde experimenté diversas realidades en el mismo portador.

cuando te sostuve el corazón y parecía desvanecerse como humo; reviví lo que era sentir una dimensión de profundidad intangible.

me descompuse entre tus brazos queriendo cuidar de los anhelos y pertenecer en tu interior. inmersa en la pasión no quise ver. no quise aceptar. no quise oír.

supe desde el primer día que uniríamos nuestras almas en vida y plano astral. destinada al deseo de tu espíritu vivaz, a recorrer las pecas y lunares en tu piel con vehemencia.

escondí mi corazón desbordado en un sinfín de agonía queriendo matar la sed. te presentas en cada lugar que deambulo, como si desprenderme de tu recuerdo fuese un acto absurdo.

¿cómo hago para olvidar la mirada de tu ser que invade mi paz con brutalidad?

el color del amor se encuentra en tus ojos dormidos. ahora soy yo quien no descansa, quien te piensa.

en toda canción escucho tu risa. te visualizo pero tu existencia se volvió irreal. un hombre inmaterial que vive en mi subconsciente.

me enseñaste sobre vos, aquello que presumís y no sos realmente. tu carencia de interés era evidente y aún así elegí perturbarme con tal de tenerte para mí, tenerte un rato más.

añoro la energía eufórica que emanabas al hablar con un toque de ternura. no comprendí tu caminar indeciso sobre el contorno de mi cintura. tanteaste mi delicadeza para dejarme al borde del delirio en soledad.

tu cicatriz en mí sigue doliendo y siento temor de no saber qué pasa después. ser presa de un lamentable quizás. otra víctima de tu labia.