mobile isologo
buscar...

El pelotón de Guiyón

Abr 15, 2024

53
El pelotón de Guiyón
Nuevo concurso literario en quaderno

En esta ocasión, le pido al lector

Que usando su imaginación

Vea al narrador

Contando esta historia, al calor de un fogón.

Sea paciente, y soporte la rima

Que aunque suene imprecisa

Tiene como premisa, provocarle una risa.

Viendo que se acomodaron, y al fuego se unieron

No tengo más remedio, que contarles esta historia

Que más que historia, es un cuento.

Aquel pelotón español

Liderado por el comandante Guiyón

Fue temor, de cuanto enemigo cruzó

Más en los libros de historia quedó

Por su ridícula conclusión.

Disciplinados, fuertes y obedientes

Con la mirada al frente y el cuchillo entre los dientes

Siendo indiferente quien se encuentre enfrente

Cualquier enemigo caía en manos de esta tropa de valientes.

La leyenda creció y el pueblo victorió

En las calles ya se hablaba de las tropas de Guiyón

Los héroes despertaron tanto cariño

Que hasta unieron a los pobres con los ricos.

En la última batalla, sin demostrar una falla

Como era de esperarse, dieron la talla.

Redujeron al enemigo a migajas

Y triunfaron sin sufrir bajas.

En la noche, todo fue fulgor

El comandante Guiyón, aprovechó la ocasión

Se aprontó frente a su pelotón, y con su gran vozarrón ordenó:

-¡Traer mujeres, vino y ron, quien no festeje esta noche, será declarado traidor!-

Sus hombres, deseosos de festejos, escucharon y obedecieron

Bailaron, cantaron y bebieron.

Las celebraciones se extendieron

Y caída la madrugada, los soldados no se reconocieron

El soldado Alfonso, quizás el más deshonroso

Creyó gracioso, obrar de mozo

Y repartir entre sus compañeros

Unos hongos dudosos, que había sacado de un pozo

Él, cuidadoso, no probó ni un trozo.

El cabo Aspilicüeta, deseoso de hacer sus necesidades, se alejó de la fiesta

Preso de la borrachera, no fue capaz de subir su bragueta

Del otro lado, Cardozo, que ya veía borroso, vio que venía uno, pero parecían ser ocho.

Anormales eran los atributos de Aspilicüeta

Y su entrepierna, parecía ser una bayoneta

-¡Se acerca el enemigo, presuroso!- gritó Cardozo

-¡Y portan armas largas!- agregó Balzarga

-¿Que hacemos?- preguntaron vacilantes los hombres de ataque

Guiyón, ya poseído por el ron

Entonado y sin razón

A la carga ordenó.

De ahí en adelante, todo fue un absurdo combate.

Confundidos por la oscuridad

Y alterados por tanto tomar

Entre ellos se empezaron a matar

Volaron cuchillazos y sonaron escopetazos

Detonaron las granadas, antes de ser lanzadas

Poco a poco, fueron muriendo todos, y de ellos quedó uno sólo

El miedoso de Alfonso.

Al encontrarse con el final de aquel espectáculo bochornoso

Alfonso, agarró su bolso, y volvió sólo, para contarlo todo.

Pensó contar que pasó

Pensó en mentir, pensó en fingir

Pensó en llorar y exagerar

Pensó un montón que decir sobre el pelotón.

No obstante, la angustia le comía el pecho

Por eso, decidió contar la verdad de los hechos.

Sin embargo, cuando llegó, una sorpresa se encontró

Una multitud lo recibió, lo ovacionó y lo condecoró.

Alfonso, de afecto siempre deseoso

Decidió ocultar el final penoso, de aquel grupo valeroso

Es al día de hoy que hay estatuas en su honor.

Aprovechando que el fuego se apagó hace rato

Le pongo a fin a mi relato.

Podré sonar mentiroso, y quizás este cuento parece sonso.

Pero todo esto sucedió, lo juro, como que me llamo Alfonso.

Emiliano Oliva

Comentarios

No hay comentarios todavía, sé el primero!

Debes iniciar sesión para comentar

Iniciar sesión