La chica trataba de procesar todo aún. Ha ver.
Estaba sobre la espalda de Shi, tuvo un breve intercambio de palabras con ella antes de quedarse dormida. Y... Y estaba allí. En una jaula como de pájaro colgada en una rama de árbol.
—¡Despertó! Dijo uno de los seres.
Todos detuvieron su estraña danza circular. Se la quedaron viendo fijamente, todos eran en aspecto iguales a Shi. Unos más alto, más bajo, más gordos o más delgados. Pero en general todos eran iguales. La única diferencia remarcable era que alguien tenían astas como de venado.
—Ha... Hola —Dijo La Mulata intentando ser amistosa— Me presento, todos me dicen Mulata pero mi nombre es...
—¡Silencio!. Ordeno otro ser de la misma raza de los demás.
Se movió entre ellos que hacían espacio para dejarlos pasar. Su aparición era igual a la de los ogros que tenían astas, solo que entre estás tenía una corona hecha con ramas.
Un ogro de la altura de La Mulata apareció detrás de el. Se colocó a su lado y con voz infantil hablo.
—¡Todos una reverencia ante el Rey Mayron! Dijo antes de agachándose. Todos hicieron lo mismo. La niña para no ponerse en más aprietos de los que ya estaba imitó el gesto.
—Pueden pararse —pronuncio Mayorn con su voz sería y profunda. La Mulata podría jurar que se escuchaba un ligero eco en su voz cosa rara pues estaban en plena bosque. Todos le hicieron caso y se paron incluyendo La Mulata— Humano a la que llama Mulata. En nombre de los ogros del bosque te doy una bienvenida, más. Al entrara a nuestro reino sin permiso hasta infringido una de las mayores leyes que todos las demás especies obedecen. ¡No entrara a nuestro bosque sin permiso!.
El ruido comenzó a abundar.
—¡Matenla, matenla! Dijeron unos.
—¡Cortrenle la cabeza! Dijeron otras.
Pero tanto otros como muchos serían cayados en poco.
—¡Silencio! —grito con ira el rey, todos se callaron. Volvió a adoptar una postura no enojada pero si autoritaria. La chica no podía sentirse del todos tranquila con el ser, y era por si aspecto pues ya había estado con varios criaturas fantásticas. Era porque en el si sentía malas intenciónes— generalmente el castigo por entrara al bosque sin permiso es la muerte por decapitacion...
El sudor frío recorrió a la niña, una electricidad en el cuerpo la invadió. La que invade el cuerpo cuando este está en peligro. O en otras palabras, la atacó su propio espíritu de supervivencia.
—¡Pero rey, le juro que yo no...! Se puso ella misma las manos en la boca antes de terminar la oración. Si bien la máscara no mostraba expresión algúna, con solo ver al rey era obvio que si continúaba su mal carácter saldría a flote otra vez.
El rey continúo.
—... Sin embargo, por tu juventud y por qué ya suponía que como humana no entenderías una regla tan básica como esa. He decidído darte el goze de la clemencia. Y permitiré que te vallas con la condición de que nunca vuelvas a este lugar. Dijo firme.
Nadie discutió con el rey. No porqué estuvieran deacuerdo con su decisión si no porque les daba miedo contradecirlo.
Los ojos de la niña se iluminaron.
—¡Muchisimas gracias su majestad! —grito de alegría, en poco estaría con sus amos. Con Vicente. Y con... O cierto... —Rey, una disculpa pero...
—¿¡Que!? Interrumpió a la niña. Mayron no estaba acostumbrado a que cualquier persona le contestara de esa madera después de dar una orden. La niña trago saliba nerviosa y habla.
—Yo vine con un elfo de 3 ojos proveníente de Tankemonion. Le dicen Negrito. Concluyó la chica que intento sonar lo más formal posible.
El rey se le quedó viendo fijamente. Se hacerco lentamente a la jaula hasta poner su cabeza justo en dónde la chica tenía la suya detrás de la reja. La Mulata retrocedió levemente.
—Jaja —rio levemente— Un tonto humano no sabrá este dato, pero tienes que saber algo de los elfos. Si bien lo que más comemos es fruta y plantas que encontremos en el bosque, tampoco rechazamos la carne. De hecho nuestro platillo favorito, es la carne de elfo.
Los ojos se la chica de abrieron hasta donde más podían.
—Vos... Acaso...
—Aun no — dijo el rey que ya suponía la duda de la niña— Pero ya lo estamos preparando. Negrito es un elfo vastante famoso en su Reyno de las nubes por si no lo sabíad. Les enseñará a los demás elfos cuál es su lugar. Y que no deben escapar de los cielos.
Concluido la explicación se incorporó y se alejo. Pero la niña no quería aceptarlo.
—¡No, Negrito no!. Mientras movía la mano inútilmente por afuera de la jaula.
—Deja de tentar a mi paciencia —volvio a recuperar su carácter serio— Hija mía. Lleva a la niña a su casa. Ordeno.
Tras decir eso La Mulata pudo sentir como alguien bajaba su jaula.
Miro para arriba vi vio como de enmedio del cuerpo de hojas se extendia una mano negra y anormalmente enorme. Vio al ogro que la sostenía y apesar de que todos eran iguales salvó por la variación de las astas. Fue capaz de reconocer al espécimen.
—¿Shi...?
La susodicha miro adentro de la estructura de madera. Se movió de arriba para abajo levemente. Cómo si estuviera conteniendo la risa.
—Nada personas amiga. Solo hago lo que mi padre me ordena. Dijo con su tono jugeteon aunque era obvio que si disfrutaba de esas actividades.
De las prominentes mejillas de la niña comenzaron a salir lágrimas. Si bien la conocía de poco de verdad había confiado en ella. Todos con quiénes se había cruzado hasta entonces habían Sido tan amables con ella, que simplemente supuso que sería lo mismo con ese ser del bosque. Pero más equivocada no podía haber esteda. Recién ahora se deba cuenta.
Con mucho fuerza el ogro la tiró con todo y jaula al piso. Pero en vez de estrellarse con el suelo de hojas se estrella contra un suelo de tierra. Barro mejor dicho pues de la nada había comenzado a llover.
La jaula se había roto así que La Mulata pudo salir de esta sin el menor problema. Miro para los alrededores. Y el frondoso bosque que dejaba poco espacio para la libre visión por la extensa vejetacio.
Había sido remplaza por las calles de su natal Buenos Aires.
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