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El mundo, por suerte, no gira alrededor tuyo

luli#5

Jul 7, 2025

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El mundo, por suerte, no gira alrededor tuyo
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Hace poco vi un TikTok donde alguien le preguntaba a otra persona:
—¿Por qué sos tan segura de vos misma?
Ella sonrió y respondió:
—Creo que ustedes piensan demasiado en ustedes mismos.

Y esa frase me atravesó.

Pasé gran parte de mi vida buscando confianza, aferrándome a cada consejo de autoayuda como si fuera la solución definitiva. Solo quería sentirme suficiente.
Pero incluso ahora, me tiemblan las manos cuando hablo con desconocidos. La voz se me quiebra en reuniones. El corazón se me acelera cuando todos me miran.

Y ahí entendí:
Todo este tiempo estuve demasiado pendiente de cómo me ven los demás.
¿Parezco inteligente? ¿Estoy bien? ¿Dije algo raro?
Yo, yo, yo. Siempre yo.

Me puse en el centro de una historia que construí, me puse el reflector encima… y después no entendía por qué me sentía tan expuesta. Tan ahogada.

Solía pensar que la confianza era ser la más extrovertida, la más activa, la más cómoda en cualquier lugar. Tener la risa más fuerte, la respuesta más rápida, la agenda más llena.
Pero ahora creo que la confianza también puede verse diferente.

A veces es esa voz interna que susurra: "Está bien, estás acá, y con eso alcanza."
Puede ser tranquila. Silenciosa.
Habita en las pausas. En seguir adelante sin buscar aprobación.

Tal vez no se trata de pensar menos en uno mismo, sino de pensar menos tiempo en uno mismo. Y así estar más presente. Más vivo.

Escuchar sin apurarse a contestar.
Observar sin compararse.
Ser sincero sin tener que actuar.

La ansiedad y las inseguridades nacen dentro nuestro. Y si las creamos, también podemos desarmarlas.
Paso a paso, podemos dejar atrás esa versión forzada de la confianza y construir otra más suave. Más real. Más nuestra.

Una seguridad tranquila. Una presencia serena. Un ritmo firme en un mundo ruidoso.

Quizás no se trata de eliminar el miedo, sino de aprender a convivir con él.
De saber que existe, pero ya no decide por nosotros.

Quizás no hace falta ser el centro de atención, sino el centro del afecto.
Dar y recibir cariño, sin depender de cómo creemos que nos miran los demás.

Hablar, aunque la voz tiemble.
Bailar, aunque las piernas duden.
Vivir con el corazón abierto —imperfecto, humano, verdadero— aunque esa vocecita crítica siga ahí adentro.

Y tal vez, en esos momentos frágiles y valientes,
ahí es donde nace la confianza de verdad.

luli

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