el momento mas triste de un luto es cuando ya no te acordas del que murió.
está tan lejos el momento, tan lejos el suceso, que el recuerdo es cada vez más forzado. requiere más esfuerzo pensar en antes, a medida que tu presente es cada vez más futuro (y tu pasado más pasado). antes era un recuerdo fresco, ahora es "confianza en que te acordas". confianza en que el recuerdo que decidiste guardar es así, es el correcto. confianza en que, en tu pensamiento, esa persona existe.
ya no me acuerdo de la voz de mi viejo, ya no me acuerdo de su olor, ya no me acuerdo como era que él esté cerca, su calor, sus pasos, su presencia. simplemente confío (casi ciegamente) en que todo eso era como CREO que era.
cada vez se amontona más vida entre medio, entre él y yo. cada vez soy más un desconocido para él. y él algo que pasó, alguien de quien me acuerdo. un sentimiento, exclusivamente de amor, pero tan solo un sentimiento. sensaciones que "creo que eran así", pero que realmente ya no puedo sentirlas.
no me queda otra que la foto, la anécdota, sus historias contadas por otros, nuestra vida juntos, compartida, como yo me acuerdo que fué.
por suerte, y gracias a Dios (él) me quedan sus cuadros también. sus pinturas, sus esculturas, sus dibujos, sus escritos, sus objetos.
y un poco de su perfume. gracias a Dios (yo) me queda un poquito de su olor.
por suerte, todo eso que me queda, aunque parezca poco, es él. es lo que realmente es él.
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