Voy caminando por el lado soleado de la calle y me cuesta mirar hacia el lado sombrío a veces. el gracioso el como tenemos miedo de mirar por lo que hemos pasado como si este fuera una pesadilla viviente, pero es nuestra vida, es nuestra historia. es parte de nosotros. posiblemente sea los monstruos que nos atormentaban en esa oscuridad, o sea la visión borrosa que contamos en nuestra memoria de nosotros llorando por piedad, hay tantas cosas que pueden aparecer en el lado sombrío, algunas posiblemente ya ni existen, pero están en nuestra memoria, en nuestra historia y eso es motivo suficiente para querer seguir en el lado soleado, aunque aquí también pueden haber monstruos, digo.. hay un lado oscuro en el sol.
aún así algunas veces nos obligamos a seguir caminando por ese lado donde el sol pega más qué nunca, tanto que daña nuestra visión. el solo pensar el cruzar esa línea y volver al lado sombrío nos resulta tan aterrador pero a la vez tan acogedor, volver hacia lo que solíamos estar acostumbrados a pesar del sufrimiento que este nos hacía padecer, al menos no había un sol que nos percujidicara la visión.
mi lado sombrío, extraño estar en él. pero no me malentiendas, no quiero la experiencia completa de lo que ya viví allí, solo quiero que el sol deje de dañarme la vista. la línea entre el sol y la sombra es tan fina que la puedo sentir y yo siento tan débil siento que puedo volver a cruzarla. O mejor dicho, estoy en proceso, estoy pasándome a la sombra.
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