El hombre sin talento
El hombre sin talento (Munou no Hito: 無能の人) es un manga semi-biográfico realizado por Tsuge Yoshiharu (つげ義春). En él, Tsuge relata con maestría y honestidad una época marcada por la desolación de la pobreza, filtrada a través de la mirada compungida del protagonista Sukegawa Sukezo.
Sukegawa emprende una búsqueda desesperada para sacar a su familia de la miseria. La esposa de Sukegawa, de rostro ensombrecido, está desilusionada con todos los proyectos fallidos de su esposo para lograr este fin. Para él, vender piedras parece más factible que ejercer su labor original como dibujante de manga. La carencia infesta todas las áreas de la vida: la mera contemplación de lo hermoso no les da de comer; es un privilegio agotado de un tiempo espiritual inexistente.
A pesar de todo esto, es en la forma y presencia de las piedras (tal vez como un consuelo vacío o una fuerte manifestación de fe) donde Sukegawa encuentra la esperanza para salir adelante. Impulsado por su ambición, se aventura a explorar el mercado de la colección de piedras (suiseki: 水石).
Es a partir de esta premisa que se desarrollan las viñetas cómicas del manga, y en ellas participa una variedad de personajes tanto patéticos como solemnes. En constante diálogo con Sukegawa, nos permiten escuchar su manera de comprender el infortunio que los afecta en mayor o menor medida. Porque los tunde su profunda falibilidad ante las vicisitudes, las exigencias del mundo, el cambio acelerado del capitalismo; se ven obligados a elegir una postura que justifique su aflicción.
El cuidadoso recorrido entre distintas altitudes emocionales es el gran triunfo de Tsuge. Logra hacernos reír con los disparates de Sukegawa, y de un momento a otro, nos conmiseramos en su desgracia; que es muy cercana a nosotros. Incluso en un panorama viciado por el desencanto, aparecen de manera milagrosa grandes momentos de inconmensurable belleza que rebosan de misticismo, aves y hombres-pájaro.
La obra medita sobre la capacidad innata del ser humano de hacer, ejercitar y apreciar el arte; incluso en contextos de alienación, esta capacidad es reclamada una y otra vez. Se trata de una cuestión de dignidad, de mantener la cabeza en alto; de no ceder ese derecho aunque todo parezca perdido. El arte es una prueba del paso del hombre por el mundo, permitiéndole trascender el tiempo; esto es lo que más preocupa a Tsuge: que su vida (incluso una caracterizada por la dificultad) haya sido percibida por otros como valiosa, y dejar una marca duradera de su existencia. Lo logró.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión