Hay un hombre dentro de mi cabeza,
limpia las ventanas los sábados y domingos,
pastorea las ovejas que cuento cuando tengo sueño,
pone la cafetera a calentar y se sienta en la encimera.
Hay un hombre dentro de mi casa,
ríe mis chistes y espera en el salón,
me mira a los ojos y parpadea, despacio.
Brilla el color avellana bajo la luz dorada.
Hay un hombre a mi lado,
trenza mi pelo con los dedos,
recorre las pecas de mi espalda,
como uniendo los puntos en un dibujo infantil.
Hay un hombre frente a mí,
ese hombre eres tú.
Pero no te reconozco.
No ríes tanto como imaginaba, no haces café.
Tampoco limpias las ventanas, y por supuesto
no dibujas tu nombre en mi espalda, y cuando me miras,
no brilla el dorado sobre el avellana de tus ojos.
Me he enamorado del hombre de mi cabeza.
Ese hombre no eres tú.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión