El hambre del alma
¿Alguna vez lo llegaste a sentir, el vacío que no llena el pan? Un hambre que no se sacia en la boca, ni en el gesto que te dan.
Me dicen que soy fuerte, que soy capaz, pero en el silencio, ¿quién me abraza, quién me ve, quien me guía? ¿No te has preguntado, al igual que yo, si hay alguien que realmente me quiera algún día?
A veces busco en las sombras, en el aire, y me pregunto: si lloro, ¿quién escuchará mi grito mudo, quién querrá conocer mi situación, mi inquietud?
Mis manos, que a veces parecen no parar, se cansan de construir muros los cuales no quiero cargar.
¿Sabes? A veces desearía ser solo un suspiro, y que alguien viniera a arrullarme tan rápido con su amor, como el aire que respiro.
Porque el hambre que tengo es de algo más que pan, es de ser acariciado, de ser amado, de ser visto, no como el guerrero, sino como el hombre, que se pierde a veces en su propio manto de espinas.
Y tú, ¿quizás alguna vez tuviste esa hambre? ¿Ese deseo de encontrar la mirada que cure, de que alguien vea más allá de tu corazón, y te quiera sin pedirte más que ser tu mismo?
A veces, me pregunto ¿y si la buscara? ¿Quieres ella por lo menos una parte de mi? es solo un reflejo de lo que no se si algún día llegaré a lograr. ¿Será que no me permito abrir las manos por miedo a que nadie venga a tomar el primer paso? son solo preguntas que me hago en el ocaso.
Y es que, ¿no es extraño cómo nos dicen que amar es fácil cuando, en realidad, es un arte tan pero tan frágil y complicado? El amor se escurre como agua entre los dedos cuando uno se olvida de pedirlo, y solo espera dar y dar y dar.
¿Pero quién me enseñará?, a pedirlo con el corazón desnudo, sin disfraz, sin orgullo, sin miedo? Porque sí, también tengo miedo, miedo de que mi necesidad y mi miedo a no poder tener lo que ella necesita me haga débil.
¿Y tú? ¿Alguna vez has tenido miedo de necesitar? ¿De que el deseo de ser amado te haga parecer insostenible? Porque hay días en los que siento que mi hambre de ser amado me consume más y más, pero en otros, es la única forma de recordar que soy humano.
Las voces dicen que un hombre no debe rogar, que no debe objetar por lo que no puede controlar, pero ¿quién dictó dichas reglas? ¿Acaso el corazón no tiene derecho a temblar,palpitar mil por hora, a romperse en mil pedazos si no es querido?
A veces, mientras camino por entre las sombras, me encuentro buscando señales, buscando rostros, como si el amor pudiera encontrarse en un gesto de su cara, su boca o por lo menos de sus ojos, o en una palabra que todavía ella no ha dicho aún. Pero quizás todo esto sea un simple espejismo de mi mismo, y mi hambre, mi sed, mi inquietud, no son más que voces que hace eco de lo que me falta.
No sé si alguna vez seré suficiente para alguien o tendré lo suficiente, si mis lagrimas podrán suavizar todo lo que llevo dentro, pero una cosa sí sé: no quiero vivir sin haber intentado, aunque sea un instante, ser amado por lo que soy, no por lo que tengo.
¿Y qué tal tú? ¿Qué piensas de todo esto? ¿También te has visto perdido igual que yo en el deseo de ser aceptado,comprendido? Porque, aunque no lo digamos en voz alta, esa hambre, ese vacío, está en todos nosotros, solo ser escuchado.
Y por fin experimentar el arte de ser amado.
---Someone🤍
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