El Gobierno y su obsesión con llamar la atención
Mar 26, 2024
Pedirle (desde la oposición) a este gobierno que se deje de anunciar pelotudeces y se ponga a trabajar es irónico. Es así porque venimos de una gestión que durante los 4 años careció de dirección y liderazgo. Por un lado, desconocemos la responsabilidad e involucramiento de Cristina Kirchner durante el mandato, ella misma expresó que "su gobierno" terminó en 2015 y se desligó de la última gestión peronista. Alberto Fernández dejó de gobernar un año antes y fue suplantado por el ex ministro de Economía Sergio Massa. Exigirle, desde esa posición, a Milei que gestione es incomprensible.
El gobierno actual juega seguro y para la tribuna. Cambiarle el nombre al Centro Cultural Kirchner es como ser jugador de Estudiantes, que el partido vaya 1 a 0 a favor a los 90' y tirarte a barrer, sabés que te van a aplaudir.
Ya lo dije en la primera nota que escribí en este medio innovador (sobre Milei y el 24 de marzo), pero insisto: el gobierno comunica mucho y muy bien. Adorni tira las polémicas (como la del INADI y la del Salón de las Mujeres) al principio o al final de la conferencia de prensa, lo hace de forma directa y rápida para que entre perfecto en un reel o en un tik tok.
Creo que no es casualidad que las conferencias sean a la mañana, como tampoco lo es que el video publicado por la Casa Rosada en el marco del Día de la Memoria, se haya publicado en un horario similar. El gobierno se tira a barrer y sabe que puede recuperar la pelota, tirarla afuera o romperle la pierna al rival, pero que sí o sí se va a hablar de eso. Marca la agenda y se va a descansar, esperando que todo arda.
Mientras tanto las cosas que realmente importan pasan desapercibidas y nos mantenemos entretenidos con debates sobre edificios que visitamos una o dos veces o nunca. Otro gran éxito de la gestión de comunicación del Presidente.
Ahora, desde la cuenta de Twitter de la Vocería Presidencial, el gobierno pide sugerencias para el nuevo nombre del CCK. "¿Cómo debería llamarse?". Irrita la genialidad detrás de tanta simpleza. Me llama la atención un comentario en una publicación al respecto: "Nunca fui porque no me gusta su nombre. Ahora voy a poder ir!".
No sé si cada mensaje del gobierno esté finamente pensado, pero estoy seguro de que saben que todos los días tienen que generar una tendencia por algo, lo que sea. La pregunta que me hago es qué harán cuando se queden sin lugares por cerrar, sectores o personas que atacar, nombres que cambiar o minorías para discriminar. ¿Que límite tiene la originalidad y la sorpresa del gobierno?
Agustin Botheatoz
Estudiante de Comunicación Social en la UBA. Productor de radio y redactor digital.
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