"…no hay en el mundo un pobre tipo linchado, un pobre hombre torturado, en el que no sea yo asesinado y humillado."
Aimé Césaire, “Y los perros callaron” (1956)
Ha sonado la hora de la violencia desnuda
y no hay más lugar para cobardías.
En el centro / en la periferia
en un rincón / en todos los rincones
donde mires y veas
donde escuches y oigas
un reguero de pólvora se enciende
se viene encendiendo hace rato
y traza un camino zigzagueante
que incendia la tierra. En su recorrido
hacia el faro del fin del mundo
se alza mi castillo de papel. Lo vengo amoblando
con pasajes como almohadas
con letras como alfombras
con versos como divanes.
La serpiente de fuego se acerca
y yo sueño de noche y de día
sueños dentro de sueños
para evitar la pesadilla.
Mi castillo está lleno de espejos
pero tiene muy pocas ventanas
Lo pinté como un oasis para curarme
del horror / todo el horror
pero desde afuera llegan los ecos
del festival de atrocidades. Levanto la vista
y veo la mano huesuda que señala
las campanas que repican.
Ha sonado la hora de la violencia desnuda
y no hay más lugar para cobardías.
Me atraviesa el incómodo hecho
de que vivo como un átomo
informado e impotente
consciente y desentendido
enojado y desarmado
Mi excusa es que estoy exhausto
y quiero ser feliz
pero nunca seré feliz frente a tanto sufrimiento
Quiero ser voz entre voces
quiero ser ojo entre ojos
quiero ser hueso y músculo
entre muchos huesos y muchos músculos
para formar un puño que se lance
hacia la cara detrás de la máscara
que blande el hambre
el odio
los bastones
y las balas.
Cómodas como son, por supuesto,
las cobardías siempre empiezan en casa.
Es fácil disculparse y descansar sobre montañas
de teoría, debatir durante horas sobre
lo que debió haberse hecho antes
lo que debe hacerse ahora
lo que deberá hacerse mañana
y cómo cuándo dónde
y con quiénes sí / con quiénes no
y creerse la mentira de que con eso alcanza
con eso basta
para detener el reguero de pólvora
para asfixiar la serpiente de fuego
que se acerca hacia el castillo de papel.
Pero si es que existen las verdades
y yo creo que sí existen algunas
nombraré tan solo dos:
Ha sonado la hora de la violencia desnuda
y no hay más lugar para cobardías.
Recomendados
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión