El enamoramiento necesita ser escrito

Toda declaratoria de amor es urgente, porque nos vamos a morir. No puedo evitar pensar en eso. Que todo se termina y nunca podré quererte como quiero, ni podrás quererme como quiero.

Si te he ignorado durante todas estas semanas, no solo fue por la discordia de tu regreso al pasado (que yo misma intuí y después descubrí: ya sabía que pasaría. Hablo de ella, por supuesto) y las contradicciones evidentes; sino, porque no puedo afrontar con valentía la intensión de confesar mis sentimientos. Estoy (estaba) —no sé en que tiempo verbal conjugar porque aún no me decido; incluso me molesta mi propia ambigüedad— enamorada de ti y duele. Pero no es tu culpa, es solo mía, ni siquiera tuviste que hacer algo más allá de existir... si alguna vez sentiste algo, ¿cómo te hace sentir eso?

Dijiste que soy indecisa; y por desgracia, es verdad: ¿pero como podría haberme sentido segura en la capa de hielo donde caminábamos? Como vaivenes que nunca permanecen estáticos. Si las intenciones más allá de un gustar/desear no fueron claras (a la idea de arriesgar. Que arriesgaras algo especificamente por mí) no puedo no sentir miedo y necesito protegerme. No puedes caminar a la orilla de un acantilado mientras el vacío está bajo ti.

Pensarás que porque lloro mucho y en cualquier momento, sé expresar lo que siento; pero aunque sé hacerlo, prefiero callar, porque los demás no tienen la culpa de como reacciono ante las situaciones, entonces, es más simple ocultar todo lo que siento porque sé como inunda mi vida entera lo que siento: entonces, solo significa que soy tibia y solo sé huir. Correré de ti y de tantas personas sean necesarias para que nadie me dañe.

Ahora puedo afrontar la idea del rechazo, pues ha pasado tiempo y sé que tus intenciones han cambiado porque no puedes ser paciente toda la vida. He aprendido que tu paciencia es infinita, pero no eterna. También he aprendido que no tengo que preocuparme por ti, porque tú nunca estás solo, y menos cuando ella está contigo.

De lo único que tengo certeza es que te odio porque nunca recibiré de ti lo que yo espero y quiero; por desgracia, ese es mi pesar. Si yo rompí el primer acuerdo sobre nada de sentimientos, lo justo era dejarlo: asi ya no me hería más, ni te hacía esperar más. En mi defensa, mis sentimientos eran preacuerdo así que no rompí nada; aunque nunca pude ser certera con lo que sentía por el temor a que mis sentimientos fuesen desechados por inservibles y que solo te burlaras de ello en mi cara. Entre tanta ambigüedad es lo único que podía esperar; pensé que tu deseo era mejor que nada.

Pero no me malinterpretes que esto no fue a causa del suceso pasado, pues sé bien que un encuentro sexual no compromete a nada. Yo ya estaba enamorada de por sí —sino, me hubiera ido desde el inicio, no me puedo acostar con alguien de quien no tengo interés, aunque no sé si decir enamorada es la palabra correcta pues tendría que desglosarla etimolgicamente para llegar a una conclusión—. Esperaba que las cosas cambiaran: que tu dejaras tu relación, pasaras un tiempo solo... Tantas cosas que al final, no pude controlar nada, y solo hubo perdidas. Te perdí, aunque soy consciente que nunca fuiste mío.

Supongo que no es para menos decir que te quería para bien y para mal. Que el punto era tenerte aunque no cumplieras con mis expectativas, porque soy egoísta (incluso conmigo misma) era mejor tener la ambigüedad a no tener nada.

Perdóname por enamorarme de ti; te juro que yo no quería. Perdóname por tener sentimientos por ti; te juro que creí poder separarlos. Perdóname por ser fría; de lo contrario, hubiera explotado de amor. Perdóname por todo.

Quiero que sepas que no pasa nada por expresar está declaración, de la que sólo espero un "no sé qué decirte", "tomate un calmante" "no hagas drama por todo". No me molesta (ya) que mis sentimientos sean tachados de inservibles. De hecho, prefiero agotar todo hasta que solo se extinga.

Escrito el 16 de febrero de 2024.