El dolor de una amistad que fue plena y ahora es vacía

Estoy sola, supongo que es la parte que más cuesta admitir. Pienso en amigas y me vienen personas a la mente con las que he compartido vida y vivir, ahora solo historia. Siguen presentes quien dice que no, pero en parte han avanzado hacia otro lado y en otra parte cohabitamos por la costumbre de nuestros días. No hay respeto, no hay cariño, se oye rencor en cada palabra, predicas tu dolor y recibes palabras de odio, crítica o burla, te hace achicos el corazon sentirte apartada, sigues porque no sabes no hacerlo y no eres capaz de sacarlo porque eres una exagerada. Rechazo. Sigues porque no tienes otro lugar al que acudir, sigues porque piensas en el ayer mientras miras el hoy, vendada para no ver la realidad, no hacerla frente, pensar que sigue siendo igual, pero tu bandeja de entrada está vacia a no ser que alguien no sepa algo y acuda a ti. En eso has quedado, en un ir cuando no se, cuando no he querido saber, sin sentimientos solo preguntas triviales de ámbito laboral y si algún día preguntas por mi día es una ocasión especial, no nos vemos fuera de eso, ni chateamos, parecemos obligadas a seguir ahí. Tú porque no queda otra y te abruma la soledad, y yo, aterrada al rechazo de cuando por fin alce la voz para hablar.