El desafío de integrar Inteligencia Artificial (IA) a un espacio creativo

El asistente de inteligencia artificial que hoy incorporamos a quaderno no apareció de un día para el otro. Fue, en realidad, el resultado de muchas conversaciones largas y necesarias.

Desde que surgió la idea, lo primero que nos preguntamos fue si una herramienta así tenía sentido en un espacio como este.
Porque quaderno no nació para optimizar procesos, ni para acelerar resultados.
Nació para ofrecer un lugar donde escribir sin presiones, sin fórmulas, sin algoritmos que decidan por encima del lenguaje.

Y una herramienta de IA, por definición, parecía ir en dirección contraria.

Teníamos muchas dudas.
¿Podía condicionar la forma en que se escribe un texto?
¿Iba a generar dependencia o inseguridad en quienes la usaran?
¿Terminaría ocupando un lugar que no le corresponde: el del autor?

También estaban las preguntas técnicas.
¿Cómo ofrecer una devolución útil sin que reescriba por vos?
¿Cómo lograr que no sea invasiva, que no se meta en medio del proceso?
¿Cómo hacer para que sea realmente opcional, sin que se convierta en un nuevo estándar?

Discutimos los riesgos uno por uno.
Y también los posibles beneficios.

Nos dimos cuenta de que había algo valioso si lográbamos que la herramienta se comportara como una segunda lectura. Una que no reemplaza. Una que aparece solo al final, cuando el texto ya está, pero uno quiere verlo desde otro lugar.

Nos llevó tiempo ajustar el tono, el alcance, la forma en que aparece.
No queríamos que este asistente se sintiera como una función impuesta.
Queríamos que se sintiera como lo que es: una posibilidad más.
Ni mejor ni peor. Ni necesaria ni urgente.

Solo eso: una posibilidad.

La decisión final fue avanzar. Pero sin apurarnos, y cuidando algo que para nosotros es fundamental:
que en quaderno, la escritura siga siendo un acto humano.
Y que quien escribe no se sienta guiado por una herramienta, sino acompañado por ella.

Por úlitmo, nos gustaría saber qué pensás.
Si lo usaste, si no, si te ayudó o si preferís escribir sin esa devolución.
Todo lo que digas nos sirve para ajustar, repensar o incluso corregir el rumbo.

Como siempre, lo construimos con vos.