El bueno, el malo y el ratón

Siempre hay tres lados, que sinceramente no creo que sean fijos. No creo que estemos preestablecidos en uno, o tal vez en cierto modo, lo estamos dentro nuestro.

Podemos saltar de uno al otro sin problema, podemos pasar de uno a uno sin que nadie se dé cuenta. Son roles, roles que jugamos.

Roles que pueden afectarnos, o roles que pueden hacer que afectemos a otros. Otros que tal vez no queremos afectar.

Uno de estos roles es el bueno. El bueno, como en todas las películas, libros, series y obras, siempre es el lado angelical. El lado que nos va a guíar por lo correcto, el lado que todos odian y aveces, el más difícil de llevar. El lado bueno, siempre debe de ser bueno, porque si se hace malo todos lo juzgarian. Los oídos estarían llenos de susurros criticones, y la boca llena de blasfemias sin sentido.

Tal vez no todos podemos ser el bueno o tal vez no todos queremos ser el bueno, ¿Quien querría siempre hacer lo correcto y nunca equivocarse? El bueno siempre es juzgado de perfecto, siempre es juzgado de genio, siempre el que todos quieren estar cerca, pero nadie realmente lo entiende o quiere ser como el. A nadie le gusta ser completamente pulcro o perfecto. Nadie realmente se siente vivo así.

El malo. El malo vive de tu sangre. El malo vive de tu desgracia, pero siempre lo vemos como lo que aspiramos ser. Porque siempre vemos lo "malo" divertido, (Por mucho que el mal y el bien sean subjetivos) siempre sentimos adrenalina con el mal, todos saben que es malo pero igualmente se acercan a el.

Siempre es más fácil ser el malo, siempre es fácil ser el villano en la historia de alguien más. O simplemente dejarse llevar sin importar si algo es malo, hasta la mínima acción podría hacer a todos pensar que somos el malo.

El malo es divertido, nos activa, nos llena de vida y lo queremos más cerca. Pero todos (o tal vez nadie) saben que esto nos va a acabar. Pero aún así, el rol del malo siempre va a estar, el que nos arruino de la manera más perfecta posible.

Tal vez en cierto punto todos queremos ser el malo, el divertido, el atrevido y el que se anima a todo. Tal vez todos somos malos, o simplemente tenemos rasgos malos.

El ratón. Todos somos el ratón, o al menos todos alguna vez fuimos el ratón.

El ratón, el vulnerable, casi un humano. Es muy fácil ser el ratón, pero el más nublado de la cabeza.

Podemos terminar siendo malos o buenos, y esto nos nubla la cabeza, ¿Hacer el bien o hacer el mal? ¿Hacer lo que me enseñaron toda mi vida o hacer lo que me hace sentir bien?

El ratón es el animal pequeño, fácil de ser aplastado por el malo, y muy complicado para que el bueno lo ayude.

A nadie realmente le importa el ratón.

Pero al final de todo, son solo roles en los que nos metemos cuando decidimos. No creo que nadie sea realmente malo o realmente bueno.

Solo somos ratones, ratones que un malo o un bueno nos puede utilizar de experimento.

Somos solo ratones.

¿Bueno, malo o ratón?