Me puse de rodillas,
y expuse mi desnudez.
Te entregué todo,
mi corazón latente,
mi sangre para que tomaras de mi esencia,
mi carne para que borres las huellas de otras manos,
y mis lágrimas,
esperando apaciguar todas mis penas con tus besos,
mendigando un poco de querer,
anhelando,
suplicando ternura.
Pero no basta.
Nunca es suficiente.
Tomas de mí con urgencia,
imprudente, agresivo, hambriento,
sin dejar una sola gota.
Y te marchas.
Todo es tan insano e incomprensible.
Aun así, te regalo mi último esfuerzo,
pensamiento y aliento.
Cariño.
Tu mirada al cerrar la puerta,
vacia.
Terminó de matarme.
Pero no basta.
No es suficiente.
Que tarde comprendí,
ahora no soy nada tangible.
Me convertí en humo.
Pero no basta.
Nunca es suficiente.
Crecí con la idea desgarrante
de que quien entrega todo es amado,
pero no es así.
El amor no basta
cuando lucha contra
un ser indiferente.
Recomendados
Hacete socio de quaderno
Apoyá este proyecto independiente y accedé a beneficios exclusivos.
Empieza a escribir hoy en quaderno
Valoramos la calidad, la autenticidad y la diversidad de voces.
Comentarios
No hay comentarios todavía, sé el primero!
Debes iniciar sesión para comentar
Iniciar sesión