mi amor, quizá mis palabras no fueron las indicadas, y ahora tus días se tiñen de azul. entonces recargo la culpa de tus dudas en mis nuevos versos, entonces recargo la responsabilidad de nunca dejar de escribirte por mucho, mucho tiempo, Sol con mil sentires, musa de miles. nos encontraremos en dónde la Luz ilumine calles que eran oscuras antes de que caminaramos por ellas. en mi mente todo es verde y crecen cientos de margaritas. no querría dormirme hoy sin escribirte. ¿me dirías que aún eres mío, qué alguna vez lo fuiste? mi mente maquina trescientos pensamientos y uno más por si se me olvida pensarte hoy. por si se me ocurre dejarte hoy. el amor que sentí en el pasado fue tan cruel como la ciudad en la que crecí, te diría todas mis verdades, más nunca un pronunciaría un adiós, no quisiera que mi mente imaginara otros ojos que no sean los tuyos, ni que los míos propios miren con ternura a alguien que no tenga tu geografía. quizá las tormentas en tu ciudad quisieron que no eligieras a alguien en quién pensar más de un día. pero ahora que te escribo todo parece brillante, todo lo veo en dorado, incluso este amor avasallante que siento, cuando era una escala de grises, cuando antes era tan ardiente que quemaba mis manos y no podía escribir sin que mi rostro fuera un temporal. ahora quisiera que todos los caminos que recorro me llevaran a tus brazos.
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